Pobreza popular, revolución y ahorro

Después de las elecciones hay que reflexionar sobre el hecho que el pueblo venezolano sigue viviendo en la pobreza y que siempre ha sido así, y por muchos programas sociales o macroeconómicos que se implanten, no será posible sacarlo de esa situación si no se aplican las medidas específicas y directas para sacarlo de esa pobreza. Ninguna de las políticas diseñadas o implementadas tiene ese objetivo.

Y es que la riqueza de una nación no se traduce automáticamente en que todos sus ciudadanos sean "ricos" en el sentido material, y se dirigen más bien a la justicia social o histórica olvidando que la sociedad y la historia la hacen hombres y mujeres que tienen necesidades específicas y que por lo tanto necesitan tener los medios materiales para satisfacerlas. 

Eso es parte constituyente del socialismo. La nueva legislación debe considera que el pueblo, que es decir todos, puedan tener dinero disponible en el bolsillo.

Este aspecto no es atendido aun por las llamadas economías más avanzadas, ya que cuando hablamos de "pueblo rico" en el contexto de economías como Japón, Estados Unidos o Suiza, nos referimos a un nivel de bienestar como, acceso a servicios de calidad, oportunidades y una mayor capacidad de la población para generar ingresos y ahorrar, lo que en promedio les permite una vida con comodidades y seguridad relativa, pero no es un bienestar general, pues en esos países existe pobreza que no debe ser menor al 50 o 40% de su población.

La pobreza que existe en esos países, si bien es un problema real, suele ser de una naturaleza diferente a la pobreza extrema y estructural que se vive aquí, donde la subsistencia diaria es el principal desafío para casi todos, acrecentado por los dos factores de las agresiones imperialistas y la malversación interna.

Una de las políticas específicas para llevar riqueza a las personas y la población es el Ahorro Nacional como instrumento para generar la Riqueza del Pueblo, siendo una pieza fundamental en la construcción de una sociedad próspera. Sin embargo una prosperidad así, sea social o familiar o individual, solo es posible en el socialismo, en el capitalismo es imposible. 

Sin embargo aplicar una política de ahorro nacional no puede hacerse como una solución aislada, sino un engranaje crítico dentro de un sistema más amplio.

El ahorro nacional a pesar de lo que digan los teóricos desde Keynes hasta hoy, es crucial porque tiene también, un efecto multiplicador, distinto, pero más estructural y estructurante.

Al implantarse una política de ahorro nacional, desde el primer día, con el primer bolívar ahorrado se inicia un fortalecimiento del sistema financiero y bancario, fortaleciéndolos como 

Fuente de Inversión Productiva, ya que el ahorro de las familias, ciudadanos, las empresas y el gobierno se convierten en una base para la inversión y el consumo futuro. Pleno empleo.

Cuando las personas ahorran, ese dinero no se gasta inmediatamente, sino que será  canalizado a través del sistema financiero (bancos, fondos) a proyectos productivos y a la riqueza de las familias, las personas, los trabajadores, que verán así incrementado su acervo de riqueza monetaria, inclusive para aquellos que nunca lo han tenido. Es por lo tanto un mecanismo inestimable para llevar riqueza al pueblo empobrecido de hoy.

Claro que no es suficiente, son necesarias otras medidas que complementen el esfuerzo ahorrativo, el cual puede medirse diariamente, en soportes físicos o digitales, por todos y cada uno de los venezolanos, sean revolucionario o no. Sería una política verdaderamente revolucionaria.

 

 



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Oscar Rodríguez E


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