Todas las instituciones internacionales responsables de ayuda y gestión humanitaria (Naciones Unidas, UNICEF, UNRWA, Médicos sin Fronteras, Cruz Roja Internacional, ONG privadas), las máximas cortes internacionales (Corte Penal Internacional, Corte Internacional de Justicia), el Vaticano, organizaciones judías y más de un centenar de naciones, han catalogado como genocidio lo que lleva a cabo Israel en Gaza. Las imágenes transmitidas por las mismas víctimas y por los pocos testigos que han logrado acceder a Gaza son devastadoras, muestran la crueldad sin límites y el total desprecio de Israel por la vida de niños, mujeres, hombres y ancianos palestinos. Los asesinos en su arrogancia no disimulan su propósito y lo declaran públicamente: una limpieza étnica.
Las condiciones básicas para la vida han sido destruidas totalmente para los dos millones trescientos mil palestinos que habitaban Gaza, las ciudades fueron arrasadas, todas las instalaciones de servicios básicos y casi todos los hospitales y centros educativos, todo fue destruido con saña sin igual.
El actual Estado de Israel es una abominación sólo comparable al Estado Nazi en términos de barbarie, crueldad y sadismo. Debe ser detenido. Cada uno de nosotros tiene una cuota de responsabilidad. Entiendo las razones por las que muchos han callado hasta ahora, en muchos casos obedecen a razones diferentes a la indiferencia.
Puedo entender esas razones. Pero los 16 mil niños quemados, sepultados vivos, amputados, tiroteados por francotiradores, las madres y padres de esos niños que han sufrido igual destino, los hijos sin padres, los hermanos sin hermanos, los dos millones de personas soportando hambre, sed, durmiendo en la intemperie, y heridos sin posibilidades de atención médica, todos ellos, todos los palestinos, nos han pedido una sola cosa: mostremos a todo el mundo lo que están haciendo sus implacables verdugos, porque es la única manera de detenerlos.
Jamás podremos invocar nuevamente derechos humanos ni hablar de protección de la niñez o de la violencia de género si no cumplimos con lo que se nos pide desde nuestra muy modesta posibilidad: ayudemos a denunciar la atrocidad de este genocidio, la flagrante violación de todos, todos, los derechos humanos en Gaza y Cisjordania, retransmitamos las noticias provenientes de Gaza y de todos los que abogan por este sufrido pueblo. Ya no podemos seguir guardando silencio, es hora de levantar la voz por los medios disponibles. Que en el futuro, cuando llegue la hora de pedir perdón a los palestinos, tengamos la conciencia tranquila por haber hecho nuestro pequeño aporte, por haberlos defendido, al menos con nuestra opinión, porque eso ha sido siempre fue lo que nos han pedido las víctimas.
ES URGENTE HACERLO, el Estado de Israel ha iniciado la última fase de la total destrucción de Gaza y el genocidio; dos millones de seres humanos están siendo asesinados por hambre y bombardeados diariamente. Lo único que puede movilizar la voluntad de los poderosos para detener esta cruel matanza es la opinión pública, la cual se expresa hoy en las redes sociales. Muchos de los que hasta ahora habían guardado silencio han comenzado a hablar; ya comienzan a verse síntomas en Europa de un giro en su política de tolerancia y apoyo a la limpieza étnica. Ese cambio se debe a la presión de las personas que aún creen en la palabra humanidad.