“Éxito espectacular” de otra gran mentira

Trump: El de siempre (VII) EEUU bombardea Irán

Como era de esperar EEUU atacó a Irán. "Para variar" utilizó la mentira para justificar su alevoso bombardeo. Acusó a Irán de estar preparando una bomba nuclear para destruir a Israel y a la humanidad. ¿Alucinante? No. ¿Propio del estilo presidencial estadounidense? Con seguridad, pero, sin lugar a dudas, una prueba más de que el proyecto de "Hacer Grande a EEUU Otra Vez" no es un proyecto conservador, mucho menos democrático. Se trata de un proyecto reaccionario profundamente insertado en la mentira y la falsificación de la realidad.

Mitos y mentiras

Algo que le viene a Trump de los mitos que alentaron la invasión de "los puritanos" a territorio norteamericano; de sus ancestros alemanes; y de sus mentores, otrora, presidentes como él, tanto republicanos como demócratas. Para no ir muy lejos: De Roosevelt quien en 1941 le mintió a su pueblo y al mundo sobre lo que realmente ocurrió con el ataque japonés a la base naval estadounidense de Pearl Harbor y por qué. De Truman que ordenó detonar las bombas de hidrógeno sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945, y Nagasaki tres días después, matando a más de 250 mil japoneses entre hombres mujeres y niños de manera inmediata y hasta diciembre de ese año muchos miles más. Nunca se sabrá cuántos murieron después ni a cuántos ascienden, hasta hoy, los incapacitados, los enfermos de cáncer, mutaciones genéticas y otras enfermedades. Todavía se siguen actualizando las listas de los "hibakusha" (supervivientes de la bomba atómica) que han fallecido desde los bombardeos. Suman cientos de miles a lo largo del tiempo. De Donald Reagan; de Richard Nixon; de los dos Bush (padre e hijo). Pero igual de Clinton, de Obama, de Biden que resultan ser una continuidad de la mentira sobre la que EEUU ha cimentado su poder y hegemonía mundial.

Transmisión genética

Le viene como trasmisión genética de nazis, de fascistas y de sionistas. Como herencia natural, cultural, ideológica y política judeo-románico-bárbara. Esto es lo que identifica a la civilización occidental de la que es parte Estados Unidos habida cuenta su procedencia germano-judeocristiana. Porque, para quienes no recuerdan, Inglaterra o Gran Bretaña, de donde salen los calvinistas extremistas hacia Norteamérica, es de origen germánico debido a las invasiones y asentamientos de pueblos germánicos (los anglos, los sajones y los jutos) que llegaron desde el norte de Europa en lo que hoy es Alemania, Dinamarca y los Países Bajos. La mentira, sirvió para cuánta invasión, saqueo y depredación ha hecho Estados Unidos a lo largo y ancho del planeta siempre empujando a sus "vasallos" desde la IIGM cuando aquellos quedaron sumidos en la crisis que provocó la guerra en sus economías y sociedades. El único favorecido y no, el vencedor, fue Estados Unidos que fortaleció y expandió su industria bélica, de donde nace el llamado "poder profundo" al que ahora sigue sirviendo Trump sin desmedro de sus propios negocios y enriquecimiento personal y familiar. Igual, EEUU creció en la industria manufacturera a la que se fueron agregando los avances tecnológicos desde entonces hasta hoy. Con la salvedad de que actualmente la hegemonía en este rubro de la economía la tiene China compartiendo con Rusia, Irán, India, Brasil y Sud África que conforman el BRICS.

La mentira como constante

La mentira, como justificación para los bombardeos a la infraestructura nuclear de Irán es la misma con la que Estados Unidos justificó sus ataques a Irak, a Libia, al Líbano, a Siria, "asegurando" que poseían armas químicas y de destrucción masiva para atacar "los intereses" de Estados Unidos en la región; destruir otros Estados en clara violación de los "derechos humanos" y la libertad de sus pueblos. Con su acción Trump violó el derecho internacional, las "resoluciones" de la ONU, aunque siempre fueron "letra muerta" como denunciara el coronel Gadafi en su discurso del 23 de septiembre de 2009 en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Trump demostró la "excepcionalidad" USA, pisoteando el derecho internacional, los acuerdos internacionales, al organismo encargado de su cumplimiento y su propia palabra porque sólo dos días después de anunciar que esperaría dos semanas para tomar una decisión de intervenir o no en la guerra sucia de Israel contra Irán, decidió bombardearlo.

Mañana, aquí mismo, "el factor sorpresa" como la impronta que los judeosionistas israelíes les han impreso a sus guerras a lo largo de sus 77 años de existencia como "Estado" y ha seguido, para su "espectacular bombardeo", su amo estadounidense. Quizás porque se trata de un parto compartido entre la CIA y el Mossad.



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Rubén Ramos Alizorojo

Sociólogo y educador peruano, postdoctorado en Filosofía, Política e Historia de las Ideas en América latina por la universidad del Zulia-Venezuela

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