EMIGDIO MALAVER G.
La vida entre
crónicas y cuentos EMIGDIO MALAVER G.
ÍNDICE
Breve introito 6 A la mujeres les conviene pelear 7 Canto desafinado 8 Hay vendedores porfiados 9 La radio nunca morirá 10
La luna está en Margarita 11 Cobrar no es cosa fácil 12 No hay como vivir contento 13 Receta para escribir fastidioso 14 A Sidor con humor 15 ¿Por qué me metí a político? 16 Por los graffittis de antes 17 Hay que aprender a regatear 18 Atraco en un taxi 19 Un carro Atrevido 20 Usar pantaletas da suerte 21 De cómo robaron a la familia Marín 22 Las flatulencias benefician al corazón 23 Inventos útiles 24 Soliloquio de un niño de la calle 25 El increíble caso del vaquero Red Rogers 26 Para mis amigos AA 27 ¿A dónde se busca la buena o mala suerte? 28
¿Seguro que no hay policía? 29 De cómo Pedrito se convirtió en Niño Jesús 30 Viernes de aroma 31 La lcieísta descarriada 32 De cómo un niño tacarigüero nació en Praga 33 Habla la lluvia 34 Preguntas que no deben de faltar 35 Dios también se descuida 36 Hay que tener mucho cuidado 37 ¿Está Dios en el patio de mi casa? 38 Cuento de pescadores 39 ¿Cree usted en la resurrección? 40 En el bar la vida es más sabrosa 41 A engordar se ha dicho 42 Sea breve en sus alocuciones 43 Me persiguen mis admiradores 44 Crónica por la no respuesta 45 Las flatulencias benefician al corazón 46 En una fiesta de gala 47 ¿Qué se debe comer? 48 Minibiografía 49
Breve introito
Estos textos fueron publicados hace ya algunos años en periódicos de la época y sobre todo en El Universal (Caracas) y El Sol de Margarita (Nueva Esparta) y hoy se dan a conocer a un público que en su momento no las pudo leer o los quiere releer y recordar aquellos tiempos de periódicos impresos en papel.
Hacemos la observación que son crónicas y cuentos diversos y por tal motivo no siguen una secuencia temática, si no más bien de varias situaciones cotidianas que de una u otra manera siguen teniendo vigencia en este mundo actualmente automatizado.
Bueno sin mucho protocolo al respecto, ahí les dejo estos escritos y espero que sean de su agrado y lo disfruten y hagan sus comentarios por el medio que esté a su alcance. Gracias.
CITA: "Malaver, recoja su obra en un libro. No se conforme con el aplauso espontáneo del artículo periodístico". Maestro Jesús Manuel Subero.
6
A las mujeres les conviene pelear
(Advertencia: Este artículo es exclusivo para hombres)
No sabemos a ciencia cierta de dónde viene la fama que tienen las mujeres de peleadoras. Sin embargo, unos osados se atreven a señalar que la misma Eva le formó un lío a Adán para que el pobre se comiera la manzana. Tal vez por eso el humorista cubano Virulo dedujo en su Opera Son que el primer hombre le cantaba a la primera fémina esta estrofa: Esa no es una mujer/ esa es una tintorera/ tiene genio de pantera/ y arranque de Lucifer/.
Tiempo después de aquellos pleitos en el paraíso, vinieron todos los cuentos del mundo sobre la sampablera formada por las mujeres, a todos aquellos que tuvieron y tienen la osadía de formar pareja con ellas. Por tanto un caricaturista unos años atrás, en uno de sus cuadros hacía que un personaje se preguntara: ¿Por qué las mujeres pelean tanto? Y otro le respondía: Porque esa es su naturaleza. También el humorista Benjamín Rausseo, conocido como El Conde del Guácharo, en uno de sus celebrados discos, afirmaba: Mujer que no pelea, es hombre.
Hasta ahora todas esas peleas formadas por las féminas, eran solamente vistas como defectos y de ahí los cuentos que los maridos echan de sus respectivas esposas cuando por cualquier circunstancia se dan una escapaíta de sus correspondientes hogares. Esa mujer que yo tengo en casa, cada vez que llego de madrugada, estalla como una bomba a pelear, nos dice el amigo. Sin embargo, la ciencia, como siempre, hurgando, ha encontrado que las mujeres que más pelean con los maridos, sufren menos ataques cardíacos, que aquellas que se reprimen y no desahogan sus disgustos con sus respectivas parejas. Lo cual nos lleva a pensar que no conforme con la fama de peleonas que tienen las mujeres, ahora la ciencia les va a recomendar que peleen bastante. ¿Qué les parece? Dios nos agarre confesados.
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Canto desafinado
De verdad verdad que hay seres que no saben hasta dónde llegan sus limitaciones, de ahí que a veces, dándoselas de cualquier cosa, ponen la cómica, porque en realidad no saben bien lo que se han propuesto realizar.
Estas cualidades que muchos suponen tener, afloran más que todo cuando el individuo se ha dado a la tarea de caerse a palo limpio, en cualquier fiesta o reunión, en la cual hay, por lo general, personas que nunca han cantado o bailado, y por tal motivo hacen el papel de payaso; lo cual conlleva a un ratón moral al otro día, que lo encierra o lo aleja de las personas por varias semanas, con el único fin de que las personas presentes en las tales fiestas o reuniones, olviden su metida pata; pero no sucede así, porque sólo de verlo el primero, le suelta algo como lo siguiente. Tremenda pea te metiste en la fiesta, pana; y no sólo eso, sino la torta que pusiste cantando y bailando. Lo que pueda llevar al individuo a arrepentirse de tener tales actitudes cuando se encuentre en estado de embriaguez; aunque no siempre las personas agarran estos consejos.
Pero donde más se ven estas cosas, en una fiesta, es el canto, pues es notorio que si alguien saca una guitarra y canta bien, entonces hay gente que pretenden decir que lo hizo con voz desafinada y de paso procura insinuar que canta mejor, y lo que ocurre es que el buen cantante se moleste y no cante más.
Y ya que hablamos de esto, finalicemos con el cuento de un cantante que se presentó a un auditorio de un pueblo y empezó a cantar, y al hacerlo, comenzó a salir gente, y sólo quedó una persona, para la cual el vocalista le cantó su repertorio, y al finalizar, le dio las gracias por escucharlo y reconocer su arte. A lo que la persona presente, le contestó: No me dé mucho las gracias, que yo me quedé aquí, porque un desgraciado me robó las muletas.
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Hay vendedores porfiados
Es de todos conocida la frase tan común que dice: El cliente siempre tiene la razón y por tal motivo muchos se basan en semejante afirmación para reclamar al vendedor, cuestiones en donde a veces no tienen razón alguna, cosa por la cual, en ciertas ocasiones, el expendedor, sin pararle a los planteamientos del comprador, prefiere perderlo como consumidor de su negocio y no aguantarle sus continuas quejas.
En los expendios de bebidas alcohólicas es donde más se ven las quejas de los clientes: Esta cerveza está muy caliente, y por eso me la cambias. Esta curda está congelada, mejor me traes otra. Nosotros no hemos tomado tanto, y por eso no vamos a pagar esa cantidad de bolívares. Y así otras prenditas por el estilo.
Pero a veces sucede lo contrario, es decir cuando el vendedor trata al cliente con mamadera de gallo, y, por echárselo de gracioso, le sale el tiro por la culata, como en el caso de una señora que le reclamó a su proveedor que el insecticida que le vendía no mataba las cucarachas. Será que no lo sabe usar, le dijo el vendedor. Cómo que no, expresó la señora, yo vengo y se lo rocío. No señora, así no es, sino que tiene que agarrar a las cucarachas y les abre la boca y le echa el insecticida. Mira mamador de gallo, aquí no venga más a venderme su mal producto, dijo la dama.
También ocurre que el vendedor se vuelve porfiado, de ahí que Antonio Crema en el Sádico Ilustrado, escribió un texto sobre esto y una de sus partes era una cosa como ésta: A un negocio llega un tipo y pide una caja de cigarro. Para fumar aquí o para llevar, dijo el expendedor. Para fumar aquí, indicó el comprador. No va a tener tiempo, porque estoy cerrando, señaló el vendedor.
Al final el comprador, como entendió que lo estaban vacilando, formó una sampablera, de la cual, salió medio muerto.
9
La radio nunca morirá
Desde que Ayre, la primera emisora de radio de Venezuela, emitió su señal, es mucha la historia radial que ha corrido en el país, independientemente de calidad o no, pero al fin y al cabo todo es histórico y hay que reconocerle a la radio que es un medio que parece el propio Dios, pues no sólo es inmediata, sino que está en todas partes.
En Margarita, en tiempos de otrora, donde sólo existía radio Nueva Esparta, ésta era todo un suceso y contaba un señor amigo, que tiempo después que la citada emisora contó con cierta tecnología, pasaban programas en vivo y hasta ponían a cantar adultos y niños. En esos espacios fue que sucedió que una niña, al preguntarle el locutor a quién le dedicaba su canción, dijo: A mi papá, a mi mamá, a mis hermanitos y al querío de mi mamá que está en altamar, lo cual cierto o no es parte de esa historia radial del país que perdurará en el tiempo.
Porque, por otra parte, podrá haber muchos medios informáticos y telemáticos, pero a la magia de la radio no podrán eliminar, puesto que la creatividad se impondrá a tales inventos y seguiremos disfrutando de la noticia al minuto, suceda donde suceda, porque el prodigio radiodifusor llegará ahí cuanto antes y tendrá la primicia primero que otro medio.
Pero ya que hablamos del tema, le voy a relatar el cuento de un señor que llegó a una tienda y compró un radio y le preguntó al vendedor para qué servía la antena. El vendedor le explicó que aquello era para darle más alcance a la radio. Es decir si usted le saca la antena podrá oír emisoras que están muy lejos de aquí, le indicó.
Cuando el señor llegó a su casa, prendió el radio y la emisora estaba pasando un programa de recuerdo y el locutor dijo: Desde el cielo, le canta Javier Solís. Y el señor, exclamó: ¡Bicho¡ y eso que no le saqué la antena.
10
La luna está en Margarita
Pedro Marín, nativo de Boca de Río, se levantó bien temprano una mañana, observó hacia la calle y no creía lo que miraba. Se limpió bien los ojos y volvió a ver y entonces no le quedó duda: miraba ahí donde estaban los huecos en la vía, a varios astronautas, igualitos a los que había visto en la televisión.
Desde ahí el hecho que había observado el Sr. Marín empezó a notarse en Porlamar, Juangriego, Santa Ana, Paraguachí, San Juan, Pampatar, La Asunción, Punta de Piedras y en la mayoría de los pueblos de la Isla; y entonces los habitantes empezaron a preocuparse por tal invasión, pues no se explicaban el porqué de aquellas visitas imprevistas en una Isla tan apacible y tranquila, en donde por lo general no sucedían hechos tan extraños.
Pero si confundidos estaban los nativos, más aún estaban los astronautas al ver a todo aquel gentío a su alrededor, y por tanto no dejaban de transmitir informes a la Nasa, de todo aquello que habían encontrado en la misión que habían emprendido una mañana desde un centro de operaciones de Estados Unidos.
El misterio de tal suceso continuó todo el día, hasta que en la noche, uno de los propios astronautas se dio cuenta del error cometido: Sucedió que varios de ellos salieron con la misión de llegar a varios planetas para así analizarlos y estudiarlos. Pero ocurrió que por una casualidad sus respectivas naves tuvieron fallas y no les quedó más remedio que buscar un lugar donde descender para arreglar tales inconvenientes. Por tanto empezaron a buscar tal sitio y fue ahí que divisaron algo que les pareció la superficie lunar por la gran cantidad de cráteres que presentaba su espacio, y entonces, sin pensarlo dos veces, alunizaron, y se dieron cuenta después que no lo habían hecho en la luna, sino en las calles de Margarita.
11
Cobrar no es cosa fácil
Sin temor a dudas, podemos empezar diciendo que el oficio de cobrador es uno de los más difíciles de ejercer, pues aparte de lo complejo que es buscar saldar deudas con terceros, también se corre el riesgo de salir golpeado, como le sucedió a un pobre cobrador que llegó a una vivienda y se encontró a un hombre hecho una fiera porque se enteró que su mujer le ponía los cuernos, y no le quedó más remedio que pagarla con el infeliz recaudador. Por lo anterior se entiende el porqué a dicho trabajador a veces no le pagan sueldos sino que gana altas comisiones por cobrar.
Otrova Gomas, famoso por sus libros de humor, en uno de sus textos, relata las indecisiones de un infortunado cobrador que llega desde muy temprano a la puerta de un hogar para tratar de recaudar el producto de una deuda que tenía el dueño de aquel lar con la empresa para la cual laboraba dicho personaje. Pero entre pensamientos y reflexiones, tales como: ¿No será muy temprano para cobrar? ¿Y tendrá dinero para pagar? ¿No estará de mal humor, porque habrá peleado con su mujer? ¿Y si vengo más tarde, no será mejor? ¿O mejor vengo mañana? Y así pensando cosas por el estilo, pasó el día y al final se marchó para su casa sin ni siquiera tocar la puerta de aquella vivienda.
Y ya que hablamos de lo difícil del arte de cobrar, finalicemos con una anécdota de un señor de Margarita que contrató a otro para que le cobrara una deuda a un tercero, quien se había negado a pagar su obligación. La persona le dijo a la otra que si lograba cobrarle a Zutanito los mil bolívares que le debía, él le regalaba quinientos bolívares. Trato hecho, dijo el contratado, quien al cabo de un tiempo llegó y le dijo a su contratante: Señor fui a cobrar la deuda, pero sólo pude cobrar los quinientos bolívares míos, los de usted voy a tratar de cobrarlos después.
12
No hay como vivir contento
Pedro Cachamay, amigo de siempre, llegó temprano a la casa y ahí soltó como siempre una perorata sobre la vida: Ahora me he dado cuenta que no hay que enrollarse tanto, pues no vale la pena; yo había oído la máxima pueblerina: Al mal tiempo, buena cara; pero no le había parado y por eso me lancé a leer tratados filosóficos sobre la vida y felicidad; me introduje por muchos autores para descubrir el secreto de la existencia y la llave que te abriera la puerta, que conduce a lo feliz, mas parecía que por ahí no era el asunto, porque seguía como un kilo de estopa.
Más tarde consulté con religiosos de distintas creencias para conocer sus puntos de vistas y así encontrar por donde tenía que dirigir mis pasos para alcanzar la meta que me había trazado y evitar por siempre la angustia y el temor que la muerte me sorprendiera, a mitad de la senda sin obtener lo que había pensado desde que tuve uso de razón: la máxima alegría existencial.
Pero a medida que avanzaba en la vida y debido a la situación que me rodeaba, empecé a llenarme de desasosiego y depresión, de ahí que me empaté a leer a Conny Méndez y sus libros de Metafísica, ahí había buenos consejos, pero una cosa es la teoría y otra la práctica y por eso de lo dicho a lo hecho había mucho trecho. Por eso también leí el libro de Dale Carnegie Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida, con unos ejemplos bien interesantes, pero a la hora de enfrentar la realidad, todo se viene abajo y seguimos con la ansiedad.
Pero sucedió, no hace mucho, que oí una canción popular, a la cual no le había hecho mucho caso y me di cuenta que había perdido el tiempo en tanta lectura, porque la existencia está en esta simple filosofía: Vive tu vida contento/ y así vivirás muy bien/ Que si te apuras te mueres/ Y si no te apuras también…
Y en verdad es así.
13
Receta para escribir fastidioso
Si usted, amigo lector, quiere emprender la ingrata tarea de escribir para fastidiar a posibles lectores, entonces, estos irrecomendables consejos son con usted y digo que no son convenientes, porque el periodismo moderno exige que un artículo sea breve, conciso y ameno y cuando máximo debe ocupar una cuartilla. Aunque si el empeño es fastidiar, vamos a seguir con nuestra clase.
Tome cualquier tema que, por divertido que sea, usted lo puede poner lo más tedioso posible, pues debe soltarse a escribir cuartillas y más cuartillas, con un lenguaje bastante enredado y tratando de no tener coherencia alguna, con el fin de dificultar su entendimiento a todo aquel infeliz que se le ocurra leerlo, aunque puede suceder que no lo lea nadie; puesto que en estos tiempos el lector con sólo ver aquel largo ladrillo, lo más probable es que no lea ni a quién pertenece, lo cual es importante, porque de repente uno conoce al autor y se anima a leer cualquier mamotreto de escritura.
Igualmente debe tomar la precaución, de no decir absolutamente nada, o decir muy poco; o sea, trate de señalar lo que pueda decir en cuatro líneas, en tres cuartillas por lo menos. Así mismo debe tener el cuidado de no ser tan directo en el lenguaje, es decir si usted va a nombrar al Mariscal de Ayacucho, no diga simplemente Antonio José de Sucre, sino que indique aquel hijo prodigioso, dilecto y valiente que tuvo el orgullo de nacer en la tierra del Manzanares y ciudad primogénita del Continente y que todos hoy conocemos como Cumaná y quien fue el héroe de Ayacucho y que se llamó Antonio José de Sucre. Todo esto es con el fin de alargar el artículo.
Pues bien, como vio, es bastante fácil lograrlo, sólo junte estos ingredientes y revuelva por cierto tiempo y verá su artículo cocinado al más vivo fuego del fastidio.
14
A Sidor con humor
Es evidente que desde su fundación allá por el año 1962, la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) ha sido una empresa emblemática de la tierra caliente de Ciudad Guayana, la cual fue creciendo también gracias a esta factoría de acero, a donde acudieron cientos de venezolanos en pro de un empleo para contribuir, al calor del metal, al desarrollo de la incipiente industria que procesaba el mineral que se extraía del cerro Bolívar.
Muchos venezolanos pasaron por sus plantas y desde ahí se marcharon a otras empresas, llevando las enseñanzas de lo que se consideraba una escuela, o una universidor, por el adiestramiento que Sidor impartía a sus trabajadores.
Pero no todo ahí era trabajo y calor agobiante por las coladas de acero que bajaban líquidamente por el cucharón, pues nosotros cuando estuvimos laborando ahí a finales de la década de los ochenta conocimos a un señor que nos decía que de Sidor les gustaban sólo tres cosas: Cuando iba a almorzar al comedor; cuando se iba para su casa y cuando iba a cobrar.
Igualmente allá a principios de los años setenta la Siderúrgica del Orinoco al igual que ahora, estuvo en la palestra y en primera página de los periódicos, pues ahí se desarrolló una huelga de trabajadores pidiendo mejoras socioeconómicas, lo que trajo como consecuencia que despidieran quinientas catorce personas que laboraban en esa fábrica de acero. Dentro de estos despedidos se encontraba José Miguel Gil (Chemiguel) un margariteño de Tacarigua, quien una tarde acostado en su chinchorro, escuchando la radio, oyó decir al locutor lo siguiente: Fetrabolívar pide reenganche para los 514 trabajadores de Sidor. A lo que Chemiguel, le espetó rápidamente: "Serán 513, amigó, porque yo no vuelvo más a esa desgracia".
15
¿Por qué me metí a político?
El periodista llegó y tomó asiento en la tasca Aquí me quedo pa‟ siempre. Ahí lo había citado Pedro Sinforoso Pérez, un connotado político del país, para conversar con él sobre ciertos puntos de su campaña para las próximas elecciones.
Pérez se apareció media hora más tarde con la ajada excusa de que estaba en una reunión urgente con su partido y por eso su tardanza. Una vez sentado y luego de pedir dos cervezas, quiso contarle al periodista de cómo había llegado a ser político.
Le confieso amigo –dijo Pedro Sinforoso- que fui muy mal estudiante en la misma primaria y mi padre me aconsejaba „estudia Pedro, para que llegues a ser alguien en la vida‟, pero a mí no me entraban las clases de los maestros, y cómo pude logré salir de sexto grado, pero una vez en bachillerato, ahí sí torció la puerca el rabo, pues la cosa era más difícil y los profesores no me iban a dejar pasar tan fácil, por eso opté por retirarme y trabajar en la bodega con mi papá, quien no dejaba de decirme „estudia, porque si no, no vas a llegar a ninguna parte‟.
El político calló y se tomó un largo sorbo de cerveza que le alivió el alma, y el periodista preguntó: ¿Qué hiciste después?
Bueno seguí un tiempo con mi papá, pero no le miraba el queso a la tostada, es más mi padre me decía que tampoco servía como bodeguero, sin embargo, yo de atrevido monté mi propio negocio y como había que trabajar bastante, tuve que venderlo, porque me di cuenta que lo mío no era matarse, sino realizar una actividad fácil y más productiva.
- Y ¿cómo llegaste a la posición de hoy?
Simplemente le hice caso a mi papá, cuando me decía „si no estudias no vas a servir pa‟ nada‟ y ahí me di cuenta que tenía que meterme a político, y así lo hice, y aunque no hago nada, siento que he triunfado.
El periodista guardó silencio y el político le contó otras cosas.
16
Por los graffitis de antes
(A propósito de los que se ven ahora)
No queda duda que a veces tenemos que caer en eso de recordar es vivir y lo hacemos por muchas cosas, bien sea añorando amores o hasta recordando otras situaciones que nos traen recuerdos gratos. Aunque también vale la pena recordar la creatividad de los graffitis, bien sea en las paredes de la ciudad, en los baños públicos y en los de la universidad. O aquellos que se hicieron famosos en el mayo francés: Seamos realistas, exijamos lo imposible; prohibido prohibir, la imaginación al poder, entre otros.
Sin embargo, en la actualidad, y sobre todo en los sitios públicos, no aparecen letreros como los de otrora, ni mucho menos imaginativos, puesto que lo que salta a la vista son mensajes ofensivos, llenos de odio y sin mirar si irrespetan o no a la persona o al grupo a quien va dirigido, lo cual deja mucho que pensar, y hasta nos mal ponen como pueblo a nivel mundial, que es lo más grave, cuando en realidad a través de la historia hemos demostrado que somos un país de gente civilizada, sin estar guardando odios ni rencores, ni mucho menos escribirlo públicamente.
Por tanto es recomendable volver a la cordura y retomar nuestro comportamiento de otrora, pensando como un mismo pueblo, como un sólo país, y hasta volver a aquellos graffiti llenos de creatividad y humor, como aquel que aparecía en un baño universitario: La masturbación mata al estudiante, y más abajo le colocaron: Pero el estudiante, no teme a la muerte.
Lo anterior no nos cuesta nada, sino un poquito de reflexión y veremos que el país marchará por el camino que deseamos sin furias y sin enconos. Así de fácil y sencillo. Aunque, ya para finalizar y como estamos hablando de graffiti, le recordamos que si usted está leyendo esta columna en el baño, se acuerde de aquello que decía: Sonría que lo están televisando.
17
Hay que aprender a regatear
Los tiempos vuelven, indiscutiblemente. Es una verdad grande. Y decimos todo esto, porque ahora, en vista de la inflación y especulación que galopan en el caballo de los altos precios de los productos, se está planteando la técnica o el arte del regateo (es así, pues cualquiera no sabe regatear) para bajar el costo de los artículos de primera necesidad.
Como medida para revivir la tradición no estaría mal, pues a veces es saludable volver a sanas costumbres que antes teníamos como pueblo y que en realidad nos hacían la vida más llevadera y hasta éramos más felices, pues había unión, comprensión y, sobre todo, solidaridad, ya que todos nos conocíamos y sabíamos quién era quién a la hora de comprar los productos, porque había una especie de simbiosis entre el comprador y el vendedor, lo cual no sucede ahora y no es de extrañar que en vez de que nos rebajen el precio lo suban, creyendo que uno tiene dinero.
Pero como acción económica para combatir la guerra especulativa e inflacionaria, el regateo a nuestra manera de ver las cosas y sin jactarnos de nuestros conocimientos económicos, no nos puede conducir a bajar los precios, sino más bien una política de inversión que aumente la productividad y la producción. Tan sencillo como eso.
Y ya que hablamos de este tema finalicemos con el cuento de una señora que mandó a vender a su nieto una gallina y le dijo: Este animal lo vende por diez bolívares, pero si te regatean la puedes dejar por 9, pero si te siguen regateando por 8 y si es mucho el regateo por 7. El muchacho salió con el ave y en una esquina estaban unos borrachos y al ver al niño le preguntaron: ¿Cuánto vendes esa gallina? Y el pequeño le repitió la cháchara de su abuela, y los borrachos rápido le dijeron: Aquí tienes, entonces, tus 7 bolívares Y el niño les respondió: No, regateen, regateen…
18
Atraco en un taxi
El hombre bien vestido se paró en una esquina de la plaza Bolívar y ahí se dispuso a esperar un taxi. Debido a la hora -las 3:00 de la mañana- el tráfico era muy poco y los carritos libres, eran escasos.
Más o menos estuvo como una hora, hasta que logró que alguien, que le pareció muy buena gente, estuviera de acuerdo en llevarlo a aquella dirección que tenía escrita en una tarjeta de presentación. Por lo que se veía, el hombre no era nativo, ni tenía mucho tiempo aquí, y más aún, se notaba que era un hombre muy preparado, y por lo cual entabló una conversación muy amena con el chofer.
El recorrido que era de un largo considerable, se hacía más corto por la conversación, a pesar de que el chofer, con el fin de engañarlo, al ver que no conocía la región, le dio primero unas vueltas dentro de la ciudad; y luego tomó rumbo a su destino, pensando al mismo tiempo que aquello era una buena oportunidad de hacerse de unos reales; y por tal motivo se le metió el propósito de asaltar al pasajero, en el primer callejón que pudiera meterlo. De ahí que buscó y al encontrar tal sitio, se enrumbó por ahí entusiasmado y acomodó su mano en la pistola que tenía entre las piernas. Pero ya faltando minutos para concretar su plan, sintió el hierro frío de un revólver en la sien y una voz que le decía: Te detienes, me das la cartera y corres, si no te meto un tiro.
El chofer arrancó a correr, el hombre bien vestido le imprimió velocidad al automóvil y se perdió en la oscuridad.
Moraleja: Nadie sabe de dónde salta la liebre.
19
Un carro atrevido
No sé, amigo lector, si usted es de los que tienen el lujo de contar en la actualidad con un auto, si en realidad es así, entonces esto es con usted, pues comprenderá mejor lo que vamos a mostrar en vivo, directo y en velocidad por el canal rápido.
Pues bien, sucede que casi todo aquel que maneja, le parece que él lo hace mejor que todo el mundo y por tanto tiene la autoridad de hacer y deshacer conduciendo, así esté violando todas las reglas del tránsito. Por eso es muy común ver casos que a veces se convierten en tragedias, por estos que se creen los reyes del volante y de las calles y quienes son capaces de pasar a otros vehículos en las curvas, correr a más de la velocidad permitida y comerse la luz roja cuando le da la gana.
Los reyes del volante -o más bien los locos- no respetan a nadie, sea dama o caballero que vaya conduciendo un vehículo, a la hora de pasarlo y hasta lo pone nervioso, pues no sólo le gritan cosas, sino que ofenden con palabras soeces.
Es conocido que cualquiera pierde la calma a la hora de manejar prudentemente, y esto lo digo por ciertas amigas que a la hora de manejar su automóvil son capaces de proferir groserías -que serían incapaces de decirlas en otras ocasiones-, y todo porque los susodichos le hacen perder su tranquilidad con sus demencias e irregularidades cometidas en contra de la ley de tránsito.
Por eso, me decía Pedro Cachamay, que sería bueno que los fabricantes de carros tuvieran en cuenta estos atropellos de los locos del volante en contra de los choferes prudentes, y fueran capaces de producir un automóvil que le nombrara la progenitora y decirles otras palabras ofensivas a los aludidos conductores por sus locuras y así pueda que mejoren no sólo el cumplimiento de la ley sino también su conducta a la hora de manejar que deja mucho que desear.
20
Usar pantaletas da suerte
Hay un refrán popular que reza que la suerte no es de quien la busca, sino de quien la tiene, aunque los metafísicos sostienen que la suerte no es casual, sino causal; es decir, hay que realizar una especie de martilleo sobre lo que uno desea y lograr a través de un tratamiento mental aquello que se quiere.
Pero lo cierto es que de una u otra forma las personas buscan el factor suerte para triunfar no sólo en la vida, sino en otras actividades, y si se trata de ganar en la lotería ahí es que se buscan las miles maneras de cómo hacerse de una buena cantidad de dinero y resolverse la existencia. Sin embargo, no es tan fácil, pues ya no hubiera ni cariaquito morado ni conejos, porque todo el mundo cargaría una patica de esos cuadrúpedos como llavero o talismán, como se usaba antes.
Pero lo cierto es que el tema es largo y tendido y hasta misterioso sobre todo aquello que da suerte, tan es así que hasta se dice que las pantaletas que usan las mujeres vírgenes que tienen más de cincuenta años, dan una enorme suerte, y pueda que sea así, por lo difícil de conseguir esa prenda utilizada por una casta fémina de esa edad.
Pero (para seguir con los peros) ya que hablamos de la suerte de la ropa íntima femenina, lo último que se supo por ahí al respecto fue que en la temporada pasada varios jugadores de los Yanquis de Nueva York jugaron empantaletados para superar los malos resultados, pero al final, al parecer, observando la actuación de Los Mulos, no surtió ese efecto deseado, porque no llegaron a la final.
Sin embargo, pensamos, que si las pantaletas hubiesen arrojado el producto esperado, el venezolano no sería capaz de seguir este ejemplo, pues podría utilizar otra prenda para atraer la suerte, menos usar y andar en pantaletas por ahí donde todo el mundo lo vea. Porque, no es por nada, va a dejar mucho que pensar.
21
De cómo robaron a la familia Marín
Severo Marín Carrión, como todos los años, llegó a su pueblo a pasar vacaciones. Era un profesor jubilado que deseaba volver a vivir en su lugar natal, pero compromisos con sus hijos y personales le impedían ese placer de volver definitivamente, por eso cuando venía anualmente a su terruño, el cual como todo pueblo margariteño era tranquilo, sentía la alegría de un niño que le compran su juguete preferido.
Por lo general, venía acompañado de su esposa y tres hijos, cuando no, su consorte era su compañía, pero esta vez estaban completos en aquella casa que logró construir poco a poco a lo largo de sus años de trabajo para llegar ahí en vacaciones y hasta un día volver hasta morir en la tierra que lo vio nacer, crecer y desarrollarse y hacerlo un hombre de bien, apegado a su lugar, solidario y comprometido con la causa de los más necesitados.
En esos días disfrutaban de día de playas, de sancochos pueblerinos y el compartir con viejos amigos, con quienes entre recuerdos y tragos pasaban ratos maravillosos y disfrutando aquello que recordar es vivir.
También salían de compras para aprovechar la mercancía que ofrecían la tiendas del Puerto Libre de Margarita, las cuales recorrían comparando precios y ofertas de cada establecimiento.
Un día de esos que se viene satisfecho por los productos adquiridos en las mencionadas tiendas, llegaron a su casa, pero sin observar que más allá había un carro rojo estacionado que había estado esperando a su presa, por lo cual, Severo Marín Carrión se bajó confiado y abrió el portón y pasó el automóvil hacia el garaje y fue ahí que aprovecharon tres tipos que se encontraban en el citado auto rojizo y se introdujeron a la casa, con pistolas en mano, maniataron a la familia, y la despojaron de tres laptops, de celulares y del dinero, y salieron en un santiamén, dejando al grupo familiar sorprendido, que jamás se imaginó que en un pueblo tan tranquilo y sano, hubiese llegado la yerba de la inseguridad, que cada día crece en cualquier terreno del país.
22
Las flatulencias benefician al corazón
La ciencia no deja de sorprendernos, a pesar de que digan que en la actualidad con tantas cosas que pasan e inventos que se realizan, la capacidad de asombro está agotada, nosotros pensamos que no, pues cada día se descubren elementos que nos dejan perplejos.
Por ejemplo, quién se iba a imaginar que las ventosidades pudieran controlar la hipertensión, cuando en realidad a todos absolutamente a todos nos han enseñados que los pedos aparte de no servir para nada, es un acto de los más asquerosos y más aún si la persona se los tira en una mesa rodeada de comensales, de esos que se los dan de educaditos.
Aunque a pesar de eso, no falta quien tenga unos aires bien putrefactos y en la mejor oportunidad los lanza y es el primero en decir: Fo, aquí huele feo. Otros, son cazados en el acto y hasta dicen: Más vale perder a un amigo que una tripa, y hasta razón tienen, como van a ver más abajo.
Igualmente, hay quien se hace el cómico y en un carro que no tiene aire acondicionado manda a subir los vidrios para poner a funcionar el mismo y cuando ya todos los cristales están arriba, les arroja a sus acompañantes el gas que más que gas, pareciera la propia ñoña.
Pero dejemos los rodeos y entremos en tema, pues sucede que un reciente estudio demostró que los pedos son beneficiosos para mantener los niveles bajos de la presión sanguínea y prevenir la hipertensión. (Quinto Día, del 1 al 8-05-09 Pág. 3).
El experimento que se hizo con ratones, demostró que el sulfato de hidrógeno, que contienen las flatulencias, cumple la función de regulación sanguínea y mientras más se produzcan, mayor será la estabilidad de la presión arterial. También se dice que una persona, en promedio se lanza 14 flatulencias al día, que equivale a un litro de gas.
Por lo que se deduce que si se quiere tener un corazón sano, hay que tirar bastante pedos, así lo llamen cochino. No le pare, y si están hediondos, mejor.
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Inventos útiles
Es innegable que en la actualidad hay muchas cosas que a la hora de la verdad no nos sirven para nada. Por eso, en vista de la situación que vive el país por la inseguridad y el grado de corrupción, se hace necesario, o más bien urgente, que se reúnan los mejores creadores de este país y realicen inventos que puedan enfrentar tamañas desgracias, viendo la ineficacia de los distintos gobernantes para combatir a dos plagas que están acabando con el país. Por tal motivo se deberían poner en práctica unos aparatos como los siguientes:
Un artefacto capaz de sonar una sirena cuando una persona sea designada en cualquier cargo público o pida un crédito para una cooperativa, y también suene cuando a un gobernante se le asigne un presupuesto para ejecutar una obra. Es decir, el aparato estará en capacidad de reconocer al corrupto a leguas y no sólo pitará la sirena, sino que además al supuesto delincuente se le pondrá el pelo azul, cuyo color no se quitará ni con el mejor detergente, y así la gente sabrá quien quiso robar y el estado salvará sus reales para su bien.
Igualmente es necesario poner en funcionamiento un mecanismo que permita ahuyentar el hampa cada vez que se acerca a las personas decentes y éstas no sólo puedan salvar sus bienes, sino su vida. Por ejemplo, un dispositivo que cargue cada quien y se active cuando apenas se acerque el antisocial, que no sólo dispare una alarma, sino que se oiga al mismo tiempo como una ráfaga de ametralladora, pues con eso no hay malandro que se pare, porque es conocida la cobardía de éstos ante los ruidos y los tiros.
Esto es solo una muestra o una guía para los inventores, quienes tendrán muchas más ideas que este servidor, quien reconoce que no se le ocurre nada, pero por algo hay que empezar para erradicar los referidos flagelos, pues de lo contrario no vamos a tener Patria.
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Soliloquio de un niño de la calle
"Aún no sé cuando llegue a vivir a la calle, tampoco quiero recordarlo, pero sí me acuerdo que un día tuve que irme del rancho de mi mamá, porque ahí llegó un hombre que empezó a maltratarme, a pesar de que mi madre trataba de defenderme, pero aún así, el tipo me golpeaba. Y un día no aguanté más y salí a deambular por ahí a enfrentarme a todos los peligros que están en la calle, donde aparte de chamos de todo tipo, hay drogas, hay aguardiente y hay pures abusadores, quienes, aparte de querer violarnos, quieren quitarnos lo que uno consigue por ahí martillando o rateando.
Es triste esta vida, y más aún cuando uno observa a chamitos bien vestiditos que van a la escuela, mientras uno anda con un piazo e franela sucia y hasta rota. Uno mismo se da lastima, pues no tiene nada y nadie lo ayuda para poder salir de esta tragedia adonde ha ido a parar, sin que tengan piedad con uno, que al fin y al cabo es humano y hasta quiere cambiar y tener una mejor vida, ¿pero dónde está ese salvador que no aparece? Si lo ven por ahí, díganle que yo lo estoy esperando para que me saque de todo esto y tenga un techo donde dormir seguro y no debajo de un puente, cobijado con cartones, los cuales tengo que cuidarlos mucho, pues los más grandes, por maldad, o porque los necesitan, te dejan al aire libre y aguantando todo el frío de la madrugada.
Pienso, dentro de toda mi tristeza, que también soy un niño venezolano que tengo mis derechos y deben cumplirlos. Sin embargo, más que un niño, soy como un perrito que ando por ahí recogiendo desperdicios para matar el hambre que me atormenta a veces a media noche, pues me acuesto sin comer o sin hacerlo completo. Por eso, pienso que no pueden llamarme niño de la patria, cuando en realidad en vez de atendernos, más bien cada día vamos creciendo, como hierba, sin que lo impidan".
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El increíble caso del vaquero Red Rogers
El hombre alto, piernas gruesas y espaldas anchas, con sus dos pistolas de alto calibre, entró a la cantina, dándole una fuerte patada a las dos puertas plegables del local y gritó: ¿Dónde carrizo están los hombres aquí?.
Los presentes callaron, pues cuando Red Rogers entraba en ese tono lo más probable era que se formara una tángana y con saldo de varios muertos, porque el vaquero de cara dura y de voz ronca disparaba a diestra y siniestra y con una puntería bárbara, y cuando no se fajaba a golpe limpio con el que fuera. Era pues un hombre de esos que hacían temblar el oeste en todos sus puntos cardinales.
El cantinero, temblando aún con el grito del vaquero, cuando éste se acercó a la barra le sirvió de una buena vez una tequila doble, la bebida preferida de Rogers, quien, sin decir más palabras, se tomó el trago de un solo sorbo e hizo señas que le sirvieran el otro, mientras que con su mirada amenazante observó toda la sala donde estaban otros disfrutando sus tragos, pero con el miedo reflejado en sus rostros, tal vez rogando que Red Rogers no se antojara de ninguno de ellos.
Sin embargo, una vez que el vaquero de adusto rostro ingirió varios tragos, se dirigió al grupo acariciando sus armas y ahí miró bien a los presentes y se decidió por el hombre mejor parecido y con su voz grave, dijo: ¿Qué te pasa a ti, cara de niño? ¿Estás asustado? El hombre con el miedo en sus ojos no dijo nada, y Rogers lo tomó por el cuello de la camisa y lo condujo hasta un rincón y ahí con una voz suave le expresó: Papi, tú sabes cómo es la cosa, que hoy vine en otra tónica, y de todos esos bichos feos tú eres el que más me gusta, pues sabes que anoche cambié de idea y ahora tengo los cables cambiados. Por eso te pido te vayas conmigo y me trates con mucho cuidado.
Los dos hombres salieron y el grupo quedó preocupado por el acompañante de Red Rogers, porque podía ser hombre muerto, porque jamás imaginaron que el vaquero de cara dura había decidido en vez de gritar decir cua cua.
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Para mis amigos AA
Para el recordado poeta José Lira Sosa, los Alcohólicos Anónimos (AA) en vez de procurar que las personas dejaran de tomar, más bien les recomendaba a dicha asociación enseñarle cultura etílica a la gente; es decir, en esta vida cualquiera se puede tomar lo que le dé su gana, pero eso sí, debe tener un comportamiento ejemplar y no estar ofendiendo a los invitados, enamorarle la mujer al amigo, caminar en zig zag y abrazar cualquier poste en su camino para poder sostenerse.
Por un comportamiento contrario muchos son los que van a parar al programa de Alcohólicos Anónimos, pues nadie que se tome sus tragos y se comporte educado va a dejar de ingerir sus traguitos, que al fin y al cabo le alegran la vida y hasta les hace olvidar malos ratos, y sobre todo desamores.
Dentro de la gama de amigos que poseo, cuento con una persona que no lo nombro porque hasta en eso quiere ser anónimo, y hasta él mismo reconoce que si él no cometiera tantas diabluras cuando se mete sus trancazos jamás se hubiese metido a AA, e incluso cuando observa a gente muerta de la risa disfrutando sus tragos, no titubea en decir: Si yo fuera así, ya me hubiera tomado toda la bebida del mundo.
Otro amigo AA me cuenta que cuando se fundó la Asociación de Alcohólicos Anónimos en la Tacarigua de Margarita se invitó a José Joaquín Salazar Franco (Cheguaco), quien fue cronista del pueblo, a escuchar los lineamientos que contenía el programa. Cuando terminó la exposición, Cheguaco, después que ciertos oyentes hablaron sobre el tema, pidió la palabra y luego de alabar con muchos epítetos al referido programa, finalizó diciendo: Eso sí, a mí me anotan de oyente, porque fijo ni por el carajo.
Y con esta sentencia a este cronista no se le ocurre más nada que agregar, sino más bien tomarse sus dos tragos que le recetó el médico.
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¿Dónde se busca la buena o mala suerte?
Para los metafísicos y otros cultivadores de la mente positiva, la suerte no es casual, sino causada; es decir, que la persona a través del poder de la mente, es capaz de producir los hechos que ella quiere que ocurran; o sea, la persona, a través de lo que se llama un tratamiento, mantiene en su mente un pensamiento constante sobre una cosa, y ésta tiene que ocurrir en un tiempo definido.
Sin embargo, hay hechos que demuestran que existen personas que tienen buena o mala suerte. De ahí la tira cómica que antes publicaba El Nacional, intitulada Chiva Negra, cuyo protagonista tenía el nombre de Tarrino, quien a cada paso que daba, se encontraba con casos que le señalaban una suerte del carrizo.
Pero así como hay personas que tienen suerte tanto en el amor como en el juego y en el trabajo, existen otras que carajo, tienen el santo de espalda, y de ahí que cuando ponen un pie en la calle, es porque ya tienen un carro encima que por lo menos les fractura ambas piernas.
Y ya que hablamos de mala suerte, terminemos con una anécdota que cuenta de un tipo que estaba en el cielo y otro le preguntó, cómo había llegado ahí.
Resulta, amigo, -dijo el aludido- que mi sueño era tener un carro nuevo, y lo conseguí; pero tuve tanta mala suerte, que me eché unas cervezas y le pisé la chola a fondo y !pum! Lo pegué contra un Yaque y me maté.
-Más mala suerte tengo yo -dijo el otro-, porque yo estaba orinando detrás del Yaque.
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¿Seguro que no hay policía?
Antes que nada quiero irme de cuento: en época de mi niñez y adolescencia en mi pueblo de Tacarigua, había siempre dos policías en la Prefectura, quienes servían para controlar cualquier pelea de borrachitos que alteraba el orden público y otras menudencias que requirieran la intervención policial. Recuerdo que en un tiempo hubo dos policías cuyos apodos eran Carachana y Cacharo.
Un día sucedió que el último de los nombrados, llegó una vez a entregar una citación a una casa y al tocar la puerta, le preguntaron de adentro: ¿Quién es? Cacharo, dijo el efectivo. Y le respondieron: No, gracias, porque ya yo compré corocoro. Todo este introito es para decir simplemente y llanamente que en Tacarigua ya no hay policías como en otrora. Pero eso no lo es grave. Pues pareciera que no hay por ninguna parte, puesto que los delitos van y vienen, y en plena luz del día, y los efectivos policiales no se ven por ningún lado. Mientras tanto, como se dice comúnmente, el hampa anda con el moño suelto.
Igualmente, esta ausencia policial me hace recordar una crónica de Miguel Otero Silva, que trataba de una persona que andaba buscando una dirección en Caracas y después de dar vueltas y más vueltas sin conseguir lo que buscaba, se decidió a preguntarle a un peatón: ¿Señor por dónde queda por aquí la quinta Las Palomas? Qué sé yo, pregúntale a un policía, le dijo la persona. Mire, amigo, yo he recorrido toda esta urbanización y en un kilómetro a la redonda no he visto a un policía. ¿Seguro?, le preguntó el peatón. Seguro, seguro, le respondió nuestro personaje. Y fue ahí cuando el susodicho señor sacó un revólver y le dijo: Si la cosa es así, que no hay policía por ninguna parte, entrégueme su cartera y corra.
Lo anterior ha podido o puede pasar en esta bendita Isla, pues las fuerzas policiales están brillando y no por ser oro, sino por su ausencia.
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De cómo Pedrito se convirtió en el Niño Jesús
"Pedrito González como todos los años, redactó su carta para el Niño Jesús, siempre le pedía las cosas que le gustaban y hasta consideraba la situación económica de sus padres que no era tan mala, pero tampoco era excelente, aunque siempre había con que complacer los pedidos que su hijo le hacía al Infante Bendito, por quien Pedrito profesaba una gran admiración.
Sin embargo, ahora la carta del chiquillo era más larga que de costumbre, lo cual alarmó a sus progenitores, cuando vieron aquella extensa lista de juguetes que se hacía difícil obtener y por eso llamaron a Pedrito y le señalaron que su pedido era muy grande y que el Niño Jesús al ver aquella solicitud no lo iba poder complacer, pues él tenía que traerle regalos a otros niños y por tanto no sólo lo iba a satisfacer a él. Pero Pedrito no daba su brazo a torcer, pues sostenía que si el Niño Jesús no le traía todo lo que él pedía era mejor que no le trajera nada.
Los padres empezaron a preocuparse, pues se les hacía difícil gratificar a su único hijo del alma y corazón. No obstante, pensaron, que había que hacerlo no sólo porque era su única criatura, sino que Pedrito aparte de tener un buen corazón era un extraordinario estudiante. Por tal motivo empezaron a idear planes para comprar todos aquellos juguetes que el niño tenía en su lista.
Y pasaron los días y cuando Pedrito se levantó aquel 25 de diciembre y vio todos aquellos regalos, corrió hasta sus padres y le dijo que le dieran las gracias al Niño Jesús. Luego como pudo cargó con todos los juguetes y salió a la calle y los repartió entre todos sus amiguitos pobres, quienes se emocionaron tanto que desde ese día a Pedrito empezaron a llamarlo el Niño Jesús, y ese día de diciembre fue la vez que los niñitos humildes del barrio de Pedrito celebraron muy alegres la llegada del Niño Dios".
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Viernes de aroma
Augusto Hernández, con su certeza de siempre, señaló el viernes el pasado que este día es de relajo y se debiera escribir ligero y ameno, y tiene toda la razón del mundo, pues todo el que labora en empresas públicas o privadas cuando llega el viernes anda con una sonrisa más grande que el mar Caribe, y más contento que muchacho con un celular de última generación, por tanto no está para estar leyendo sesudos y profundos análisis sobre cualquier tema, pues el lector anda en otra onda y planeando qué hacer ese día y hasta el otro que viene, y si es medio tomador, anda ideando la excusa para llegarle tarde a la esposa y escaparse con sus amigos, aunque la mujer piense después que andaba con otra fémina, que es lo más común, pero el susodicho ya sabe la respuesta para convencerla, que solamente estaba jugando una partida de dominó o de truco, o simplemente estaba tomándose unos tragos por ahí con unos compañeros de trabajo.
En tal sentido, como dice Augusto, ya el mismo mediodía del viernes, la gente se está preparando y de ahí la algarabía de muchos en la oficina y por tanto no falta quien diga: Se deja ver que es viernes; ojalá mostraran esa alegría los lunes.
Por eso, el que publica este día, debe buscar la manera también de divertir al lector y no cortarle la nota, de eso que muchos gritan: Gracias a Dios que es el viernes, la cual es una expresión de una felicidad tan extraordinaria que le hace pensar que le quita un peso de encima y lo hace soñar en un viernes de aroma, que aún muchos no saben qué diablos es.
Para terminar, vamos a contarle un chiste corto e ilustrativo de lo que puede empezar un viernes: Llega un tipo borracho a su casa después de estar un fin de semana de farra, cuando abre la puerta la mujer lo regaña: Sinvergüenza, desgraciado, dónde estabas metido. Yo creía que estabas muerto. Anda y vete a la cama y mañana hablamos. él la mira y dice: ¿A la cama? Si yo vine fue a buscar la guitarra.
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La liceísta descarriada
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-Chao, mami. -Chao mi reina, pórtate bien y estudia mucho, le dice la Mamá a su hija.
Petronila Confucia Mata, es una de esas pavitas que todos los días salen con bastantes ganas al colegio o al liceo, dejando atrás a unos padres esperanzados, de que su hija estudie y se forje mañana o pasado, un camino superior del que ellos lograron en la vida. Por tal motivo se sacrifican y cumplen su papel de progenitores lo mejor que puedan, confiando que mañana las cosas mejorarán con el crecimiento de sus hijos, a través del sendero del estudio.
Ahora bien, volvamos tras los pasos de la pavita Petronila Confucia Mata y así demostrar tras una discreta vigilancia, si en verdad está correspondiendo al pensamiento esperanzado que de ella tienen sus padres. Pero resulta y acontece que la adolescente muchas veces llega temprano a su plantel de estudio y una vez que calcula que ha llegado la hora de que ya un centro comercial de moda, tiene sus puertas abiertas, se fuga para allá con otras amiguitas que andan por el mismo camino y van acompañados de jovencitos, quienes a veces también son estudiantes como ellas, pero a veces no; y ahí en dicho sitio realizan de todo lo que se pueden hacer, menos estudiar, y hasta se ríen y algunas más osadas hasta se burlan de sus padres y hasta afirman: Allá estará mi mami pensando que yo estoy estudiando y no sabiendo que estoy comiendo helados aquí. Ja,ja,ja,ja… La risa no se hace esperar del grupo.
Por tal motivo, padres y representantes tengan más vigilancia con sus hijos para que no se arrepientan más adelante. Y por el consejo… de nada, a la orden.
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De cómo un niño tacarigüero nació en Praga
Corría el mes de septiembre del año 1931 y en la ciudad de Praga, allá en Checoslovaquia, nacía un niño, quien desde muy temprana edad se dio cuenta que al lado izquierdo del pecho, en vez de un corazón, le palpitaba como un pedazo de tierra salada, lo cual debido a su ingenuidad, no lograba entender qué era aquello que le brincaba como peces y con el ruido de olas grandes y
pequeñas.
Y así fue creciendo el muchacho y muy joven, y debido a los conflictos bélicos que se suscitaban por aquella época, emprendió viaje a otros destinos, pero sin imaginar siquiera que más adelante llegaría a descubrir aquel misterio que le latía desde muy niño como su órgano vital.
Fue así que por allá, en el año 1947, llegó a Venezuela y al sentirse en esta tierra grande, el corazón empezó a palpitarle más fuerte, e intuía que estaba cerca de conocer aquel enigma que lo tenía intrigado.
Más tarde, por el año 1953, por invitación de un compañero de trabajo, se llegó a Margarita y cuando vio toda esta tierra rodeada de agua, sus dos ojos se convirtieron en dos pedazos de mar y la emoción le recorrió desde la cabeza hasta los pies y se le metió en el alma y sin comprender aún toda aquella turbación, pensó que esta era su tierra, y más aún cuando conoce a su amigo de siempre, Pedro Rivero Núñez, quien lo trae a conocer al pintoresco pueblo de Tacarigua y aquí no lo pensó dos veces y dijo de inmediato: yo soy un tacarigüero nacido en Praga, o sea un checo tacarigüero.
Y fue así que rápidamente se impregnó de nuestras costumbres y empezó a conocer personas, entre éstas a José Joaquín Salazar Franco (Cheguaco), quien le enseñó todos los vericuetos de nuestra idiosincrasia y toda la riqueza de nuestro folclore, en el cual se sumergió y comenzó a plasmarlo en cuadros, ilustraciones y hasta escribió libros sobre nuestra tierra.
Con todo esto descubrió Carlos Sthor que él nació en Praga, pero con un corazón en forma de isla de Margarita con sus pueblos, costumbres, playas, personajes y sus mitos y creencias. De eso hace 57 años y ahora este margariteño anclado cumplió 80 años bien vividos y lo felicitamos de corazón.
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Habla la lluvia
Confieso que no iba a hablar, pero en vista de que ciertas personas me han echado toda la culpa a mí con respecto a los damnificados y demás daños que causaron mis aguas caídas en esta Isla en diciembre pasado, tengo que manifestarme y hasta defenderme de tanta ofensa y hasta salvar mi responsabilidad, y decirles que existo no sólo desde que el mundo es mundo, sino mucho antes, pues en aquellas épocas antiguas aparecíamos y nuestro líquido cristalino corría libremente sin estorbos, hasta caer en los ríos y luego llegar al mar, que es el cementerio de estas corrientes.
Pues bien, luego el mundo se fue formando y aparecieron plantas, hombres y animales, pero no había problema porque cada cual tenía su papel bien definido y todos los elementos vivíamos en sana paz y por tanto todo era tranquilidad.
Pero el mundo fue creciendo y lo peor, se fueron incrementando los hombres y de ahí vinieron todas las desgracias y éstos comenzaron a echarle la culpa a todos nosotros (plantas, lluvias, animales, ríos, mares, entre otros), sin reconocer que toda la responsabilidad de cualquier desastre es suya, no sólo por su mala cabeza, sino por todas las construcciones que han hecho, susceptible de caerse
con cualquier garúa de parte nuestra y más aún de un temblor de nuestro hermano terremoto. En tiempos pasados no había inundaciones, pues antes los hombres, a diferencia de los de hoy, que repetimos se han aumentado demasiado, sabían dónde ubicar sus viviendas y no obstruían los cauces de las quebradas y ríos, y uno más bien se divertía viendo nuestras aguas correr alegremente por esos canales.
Pero ahora cómo hacemos, si todo está obstaculizado y nosotros por ley natural tenemos que caer para desocupar nuestra casa primaria que son las nubes, que llega el momento que ya no aguantan más agua. Pero en definitiva lo que quiero decir es que la gran culpa de todos estos desastres que se causan por nuestras precipitaciones, la tiene el hombre, sin duda alguna, he dicho y concluyo.
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Preguntas que no deben de faltar
En la rutina diaria de la vida hay preguntas que son bastante estúpidas, como por ejemplo, aquella famosa que un pavo le hace a un señor, a quien se le derrumbó el rancho: Pana, ¿se te cayó el rancho? Y el señor le responde: No vale, yo lo desarmé para lavarlo, desgraciado.
Pero así como hay preguntas bastante idiotas, hay otras que son impelables en cada etapa de la vida, y nos vamos de cuento, verbigracia:
Cuando un joven sale a estudiar a una universidad cualquier carrera, es inevitable que desde el mismo primer viaje, la gente empiece a preguntarle qué estudia, dónde, y la infaltable viene un tiempecito después: ¿Bueno, y tú cuándo te gradúas? (Así tenga apenas unos dos años en la universidad).
Pues bien, una vez que el muchacho con todo el esfuerzo y sacrificio del mundo, logra cruzar con éxito el tortuoso camino de la Universidad, y viene al pueblo con su recién obtenido título, viene la preguntica de rigor: ¿Y cuándo diablos empiezas a trabajar? Así el joven tenga apenas un mes de graduado. Pero, peor aún si pasa más de eso, pues entonces en cada parte le preguntan, cuándo es que vas a trabajar; como si fuera tan fácil conseguir trabajo. (Cuando en realidad tiene menos dificultad obtener un título universitario que obtener un empleo, de ahí tantos buhoneros).
Pero imaginemos que el recién graduado encuentra empleo, entonces vendrá la interrogante que no falta: ¿Y cuándo te casas? Y una vez que lo haga, vendrá aquella que dice: ¿Y cuándo vas a tener un bebé? Y así son las cosas, aunque a veces las personas no debieran formular tales preguntas, pues puede haber un atrevido que les responda: Y a ti, qué carrizo te interesa, lo que yo hago.
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Dios también se descuida Ahí estaba Pedro Pulido, en el mismo cielo y en una sala de espera para hablar con el propio Dios. Aún no se explicaba el porqué había muerto, por eso necesitaba una aclaratoria de su Gran Señor, a quien se encomendaba cada vez que le tocaba salir a la calle, plagada de todo tipo de inseguridad, que no tiene piedad con nadie.
Ahora estaba ahí, hablando con el mismo Dios, quien, al escuchar la pregunta de por qué había dejado que lo mataran, sin cuidarlo, a pesar de que él siempre que salía rezaba y se encomendaba a él, le explicó lo siguiente: Deberías acordarte que cada vez que pasaba por la esquina donde está ese bar tan peligroso, muchas veces antisociales de variadas calañas quisieron no solamente atracarte sino hasta matarte, e incluso cierta vez hasta te dispararon, y yo impedí que no te pasara nada. Te acuerdas cuando en pleno centro de la ciudad, aquella noche cuando caminabas y se presentó una balacera entre bandas y tú, en medio de aquello, no te pasó absolutamente nada. ¿Te acuerdas?
Ahora bien, ¿quién crees que te protegió? Yo, mismo, pero reconozco que aquella noche cuando llegaste un poco tarde al barrio donde vivías, no pude evitar que aquellos tipos no solamente te atracaran sino que te mataran como un mismo perro, y reconozco que me descuidé, pues en un país como Venezuela, donde las autoridades no cuidan a nadie y todos se encomiendan a mí que los proteja de tanta inseguridad, se me hace difícil tan semejante pedido y por eso cuando quise salvar a unos niños que estaban en situación de peligro y otros casos más, pasó lo tuyo y te confieso que no pude hacer absolutamente nada. Y así hay muchos casos aquí, sobre lo cual yo mismo, o sea Dios, le pido a las autoridades que, por favor, cuiden a los habitantes de Venezuela de tanto delincuentes. Háganme caso que esto es un pedido divino.
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Hay que tener mucho cuidado La seguridad personal viene de tiempos inmemoriales. Desde el comienzo de la civilización el hombre primitivo buscó la forma de resguardarse del frío y del peligro que representaban las fieras, de ahí que se refugió en un principio en las cavernas. Pero más tarde se dio cuenta de que aún no tenía plena seguridad, pues ahí también buscaban guarida los fieros animales. Por eso se decidió a construir su propia vivienda al lado de los suyos, e inventó formas -como el fuego para ahuyentar de ahí a las peligrosas fieras que lo acechaban.
Pues bien, como se ve, el hombre desde sus inicios y a lo largo de la historia, ha buscado la forma y manera de estar seguro al lado de los suyos, de ahí que haya creado mecanismos para protegerse no sólo de los animales peligrosos, sino de todos aquellos humanos, quienes han desviado el camino de la convivencia y el compartimiento, para acechar a inocentes personas.
Con respecto a esto, a un humorista se le preguntó qué cuadro salvaría él, si estuviera en un museo con pinturas de famosos artistas, y se desataba un voraz incendio. Y el humorista respondió tajantemente: El que esté más cerca de la puerta.
Esto nos dice a las claras que el hombre busca su seguridad primero y después viene lo demás. Y más aún en los actuales momentos, donde en cualquier recodo del camino salta la liebre de la inseguridad con sus garras impías, importándole muy poco que la víctima sea mujer, niño o anciano; sin que nadie tome las acciones del caso para evitar consecuencias que vayan en contra de los humildes habitantes del país. Por eso tenga mucho cuidado, amigo lector.
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¿Está Dios en el patio de mi casa?
Siendo niño, le oí al abuelo de un amiguito, que él había entendido que Dios estaba en todas partes, por lo cual, bajo una mata de mango que tenía en su conuco confesaba sus pecados, y ahí el Señor lo oía con toda la tranquilidad del caso, y sentía que de una vez lo perdonaba.
Confieso que esas palabras me marcaron, tanto así que no llegué a tomar mi primera comunión, pues con el apoyo del citado amigo, entramos en rebeldía con el sacerdote, quien iba a la escuela a dar catecismo, y éste no logró convencernos de que fuéramos a la iglesia para cumplir con tal ceremonia.
Tiempo más tarde, pude ver una película brasileña, que si mal no recuerdo se titulaba "Los marginados", y en una de sus partes se descubre que un sacerdote tomaba la plata de la limosna del templo y compraba comida y se la llevaba a unos damnificados que vivían en un edificio abandonado. Por tal razón fue excomulgado por la Iglesia, pero cuando se reunió con el obispo para que le informara de tal decisión, el párroco, al conocer el porqué, la aceptó humildemente, pero al alto directivo católico le señaló: "Para mí, señor obispo, aunque se crea lo contrario, Dios no está encerrado en las cuatro paredes de una iglesia, tampoco está entre tanta riquezas que lo rodea a usted en este palacio arzobispal; Dios está ahí, al lado de esos marginados, de esos damnificados, quienes en vez de vivir, mueren en ese edificio abandonado, sin que nadie los tome en cuenta".
Pero lo cierto es que se discute si Dios está en todas partes o no. Y eso me hace recordar la anécdota del niño que le pregunta a un cura si Dios está en todas partes y éste le dice: "Sí, hijo mío". ¿Y también está en el patio de mi casa? "Sí, hijo mío", y fue ahí que el infante señaló: "No sea embustero, padre, mi casa no tiene patio".
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Cuentos de pescadores
No nos consta, pero al parecer, los pescadores tienen fama de embusteros y de ahí es que a veces capturan corocoros de cinco kilos y ballenas de 500 gramos. Pero sea como fuere el asunto, particularmente, he oído ciertos cuentos de los campesinos del mar que voy a relatar para que cada lector emita su juicio.
Cierta vez un pescador contaba que una tromba marina cayó por los lados de los cerros de Macanao y soltó varios kilos de carite y pargo en dichas montañas. Eso no es nada, compay, a mí me contó un amigo de Tacarigua que allá en un cerro del lugar se presentó también una tromba y no sólo trajo pescado, sino que ya vinieron fritos con una arepa calientica en un plato, apuntó otro lobo del mar.
En otra ocasión un viejo pescador de Manzanillo, quien con otros compañeros se echaba unos tragos, relataba que su papá le decía que en el lugar había un hombre gordo que en vez de pedir comida, como todo humano, sólo exigía excrementos y tomaba agua sucia, y la barriga cada día le iba creciendo. Era todo un misterio para los lugareños, hasta que el hombre murió y se descifró tal enigma, pues el susodicho cuando quedó inerte se le reventó el estómago y de ahí salió un bagre guatero que estaba gordísimo.
Igualmente, me refería un amigo de Laguna de Raya que su abuelito, un viejo pescador margariteño, de esos que llegaron hasta Curazao y Trinidad, en un bote a remo, le contaba que un día en alta mar lo venía siguiendo una ballena, a la que tuvo que atacar con una palo de mangle que tenía en la embarcación y se lo clavó al cetáceo y éste se alejó del bote. Pero unos meses después, observó cómo una mata, a medio mar, se le aproximaba y cuando la observó de cerca, vio que era la ballena a la que le había clavado el madero de mangle, el cual había retoñado sobre el lomo del citado mamífero.
Y hasta aquí estos cuentos para que usted, amigo lector, se forme su propio criterio.
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¿Cree usted en la resurrección? Es indudable que así como hay gente que se envicia con el aguardiente u otras drogas, hay personas que se acostumbran a inventar excusas para no asistir al trabajo, sobre todo, en las empresas públicas, las cuales están regidas por ciertas leyes que garantizan bastante estabilidad al trabajador, y por tanto, en ciertas ocasiones se hace bien difícil despedirlas. De ahí es que los distintos ministerios y otros organismos del Estado estén llenos de muchos funcionarios reposeros. Lo contrario sucede en las empresas privadas, y más aún si los dueños son extranjeros, en donde no tienen piedad con nadie.
Con respecto a esto, me decía un funcionario amigo que las personas que buscan cualquier excusa para no asistir a sus labores e inventan cada cosa para no cumplir con sus tareas, que si así fueran de creativos en sus actividades llegarían muy lejos en sus trabajos. Pero no. Pues, aparte del incumplimiento del horario, son los menos productivos y de paso, hasta los más conflictivos, quienes a la larga se ganan tal fama que todos los jefes quieren salir de ellos, pero con la mayor desgracia que nadie los quiere y por tal motivo tienen que calárselos hasta que el Estado decide jubilarlos, debido a que llenan los requisitos que contemplan las respectivas leyes, mas no fueron efectivos en sus labores, y obtienen así los mismos beneficios de todos aquellos que sí se mojaron el cuello asumiendo con eficiencia sus labores.
Para concluir, ilustremos esta nota de excusas con el siguiente cuento:
-¿Usted cree en la resurrección de los muertos? -pregunta el Director a un empleado.
-Oh, no, señor director. ¿Quién va a estar creyendo esas tonterías? -Me parece extraño, que no crea, pues ayer usted pidió permiso para ir a los funerales de su suegro, y por la tarde él mismo vino en persona a buscarlo a la oficina.
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En el bar la vida es más sabrosa
En el bar o la cantina, se oyen o se dicen muchos cuentos, aunque, claro, hay muchos que cuentan sus penas. Pero dejemos éstas atrás y veamos: - Un tipo llegó a la barra de un bar y pidió una cerveza. De inmediato tres personas que estaban sentadas en una mesa empezaron a decir: Cervezas para la mesa donde se sientan los bravos de aquí. El tipo se tomó la cerveza y pidió otra. Las personas siguieron con la misma cantaleta, es decir, cada vez que el tipo de la barra, pedía una cerveza, las personas decían que era la mesa de los más bravos. Hasta que el tipo se tomó una cerveza de un solo trago, no aguantó más y dijo: Aquí el bravo soy yo. Y los tipos de la mesa, le respondieron: Y qué carajo haces ahí en la barra, siéntate aquí con nosotros.
- Un tipo llegó a una cantina y dijo: Me vendes una cerveza, que ya voy a acostarme con la mujer de uno de los presentes. El tipo se tomó la bebida espumante y salió, y de inmediato salieron los presentes, menos uno. A éste, el cantinero le preguntó qué si no tenía mujer, y le contestó que era soltero. Entonces -dijo el cantinero- cuídame aquí la cantina. Y también salió corriendo como alma que lleva el diablo.
-Un hombre llegó a un bar y pidió una caja de cerveza, el vendedor le dijo: ¿La quiere Polar o Regional?. De lo que sea -dijo el hombre- porque yo la quiero para sentarme, que vengo cansado.
-Y hasta aquí llegamos, porque se nos acabó la fría.
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A engordar se ha dicho
En realidad, y otras veces lo he dicho, acabo sin entender la ciencia, pues hoy sostiene una cosa y mañana cuando ya uno está convencido de sus verdades, viene le lanza otra piedra por la calle del medio y es ahí cuando uno queda tuerto con la pedrada del asombro, pues sucede y acontece que ahora cuando todos sabíamos que la obesidad o tener unos kilitos demás es dañino para la salud, y sobre todo para el funcionamiento del corazón, un informe de la revista Internacional Obesity señala que las personas con grasa en las caderas y muslos vivirán por más tiempo, ya que ese material atrapa las partículas grasas dañinas y segrega activamente compuestos útiles para el organismo (El Universal 13-01- 2010. Pág. 3-4).
¿Qué le parece, estimado lector? Ocurre, entonces, que aquellos que de una u otra forma han hecho el sacrificio de mantenerse en la línea, si quieren vivir un poquito más, tendrán que enfrentarse de nuevo a los suculentos platos de espagueti con cochino, acompañados de varias cervezas y como postre: bastante chocolates, por lo menos dos o tres veces al día; claro está, si se tiene el dinero necesario para obtener los apetitosos platos que aumentan de peso, porque con las nuevas medidas, si el gobierno no aplica un estricto control, como debe ser, la inflación seguirá subiendo en avión, mientras el salario va a subir en burro.
Pero a lo dicho, porque lo más triste es que aquellas mujeres con cuerpo de pera o guitarra tienen menos niveles de los llamados citoquinas inflamatorias para contrarrestar las grasas dañinas y por tanto tienen activados los elementos que producen las enfermedades cardíacas y la diabetes.
Por lo que dice este informe y el cual es apoyado por Konstantinos Manolopoulos, de la University of Oxford, de Gran Bretaña, no queda más remedio que subir de peso para estar más saludable. Así de sencillo.
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Sea breve en sus alocuciones El discurso como tal no sigue un esquema establecido, aunque a veces, según Aníbal Nazoa en su libro Obras Incompletas, éste puede resultar una desgracia para todo aquel que le toque dar el discurso de orden en determinada ocasión, pues una disertación de ese tipo, que se respete, debe tener por lo menos cuarenta cuartillas, con el fin de cansar a los oyentes y éstos en el brindis se tomen hasta liga de frenos si le obsequian.
Pero bueno, sin desviaciones, pues hablamos del formato de una alocución, la cual puede ser escrita u oral, y puede empezar como mejor les parezca al disertante, aunque actualmente la moda es pararse frente al público y soltarse con una perorata improvisada de horas, sin importar incoherencias y pérdidas de hilo, que dificulta que se entienda tal retahíla.
Sin embargo, consideramos que un discurso que nazca espontáneamente y que sea preciso en el momento oportuno es lo más ideal, pues sin mucho adorno y ambages el emisor llega con el mensaje claro al oído del receptor, como por ejemplo la reina de un Carnaval en San Felipe, quien dijo simplemente en su coronación: Jueguen con bastante serpentinas y no formen peos. Por eso estimamos que en los tiempos actuales no sólo los discursos deben ser francos, sino también breves, porque en pocas palabras se pueden decir demasiadas cosas sin cansar al oyente, como decía Aníbal Nazoa, aunque no es el caso que nos concierne.
Pero ya que hablamos de este tema, vamos a referir la anécdota achacada a un Presidente nuestro, quien en una oportunidad leyó un discurso en un acto y una vez que hubo terminado llamó al Secretario y le espetó: Le he dicho que me prepares los discursos cortos, pues así son mejores. Y el interlocutor respondió: Yo lo hice breve, como siempre, Señor Presidente, lo que pasa fue que usted leyó el original y la copia.
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"Me persiguen mis
admiradores"
En estos momentos donde el látigo de la inflación azota al cuerpo frágil de la economía (cursi frase para empezar una nota periodística), y más aún cuando las navidades están asomando su cara de alegría, las personas deben buscar la manera de cómo obtener no sólo los bienes de primera necesidad, sino también otros utensilios que hacen que la vida sea más cómoda y confortable dentro de las viviendas que habitan.
Los mismos establecimientos que venden determinadas líneas para el hogar -en vista del poco poder adquisitivo de la moneda y la situación económica de la gran mayoría que habita este país rico- dan ciertas y supuestamente facilidades para que las cabezas de casa adquieran ciertos artefactos en cómodas cuotas. De ahí que muchos se arriesgan a comprar hoy para seguir pagando mañana (la única manera de adquirir muchos corotos bastante necesarios para ir medio viviendo en la actualidad). Por eso cuando reciben las bonificaciones de fin de año tienen que buscar prestado para completar sus deudas, y a veces hasta quedan debiendo.
Con respecto a esto, un amigo me decía y hasta muy convencido del asunto, que él comparte la idea de que fiao hasta un avión, y de ahí es que se ha metido, en los actuales momentos, en muchas cosas fiadas y está tapareando su deuda; aunque ha llegado al extremo de tener un club de admiradores que lo persigue, los cuales son: El cobrador del carro, el de los muebles, el de la nevera y la cocina, y así otros seguidores por el estilo. Claro está que en ciertas ocasiones los marea y no quiere verlos por ningún lado, pues le amargan los días.
Este club de adeptos, a diferencia de otros muy buenos que andan por ahí, amigo lector, por consejo de este servidor, evite tenerlo. Sin duda alguna.
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Crónica por la no respuesta
El periodista se acomodó frente a la computadora y observó la pantalla en blanco. Tenía muchos temas en su agenda y sobre todo de problemas que sufren las comunidades sin que nadie tenga la más mínima lástima hacia ellas y les tienda una mano, porque para eso fueron elegidos; pero, pensó: ¿vale la pena seguir escribiendo y escribiendo, sin recibir respuestas y más aún sin que se inmuten todos aquellos responsables de dicha problemática?.
Es triste, pero el periodista como un servidor del pueblo, se sintió decepcionado, pues hasta cuándo va a seguir martillando sobre los problemas y en vez de esto solucionarse se van agravando, sin que gobernantes les duela en lo más mínimo los pueblos que los vieron nacer, crecer y desarrollarse y hasta votaron por ellos, con la confianza de que podían mejorar su calidad de vida. Pero no. Porque las esperanzas se perdieron entre los huecos de las calles, la inseguridad, la falta de agua y la indolencia de las autoridades.
¿Qué puede hacer el periodista ante tamaña indiferencia? Escribir y denunciar, y es lo que hace, pero para qué, si los responsables, lo más probable es que se rían de él, degustando manjares y disfrutando escocés de 18 años. ¡Qué vida llevan! Mientras los habitantes de los pueblos viven en una constante angustia y ahogándose en sus eternos males que unos y otros por años han prometido solucionar y siguen ahí como el peor dolor de muela que pueda sufrir un adolescente con caries.
Y vuelve y repite el periodista, es triste y lamentable, y lastimoso y doloroso, que no le paren a sus palabras, a sus denuncias, que al fin y al cabo es la voz del pueblo. Y entonces implora a Dios y se siente culpable al no cumplir con su deber, pero es tanta la decepción que siente por quienes gobiernan, que sucede que hoy hizo un alto en el camino y les dejó esta reflexión a los lectores, y espera que comprendan que a veces a los periodistas le ocurren estas cosas.
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Las flatulencias benefician al corazón
La ciencia no deja de sorprendernos, a pesar de que digan que en la actualidad con tantas cosas que pasan e inventos que se realizan, la capacidad de asombro está agotada, nosotros pensamos que no, pues cada día se descubren elementos que nos dejan perplejos.
Por ejemplo, quién se iba a imaginar que las ventosidades pudieran controlar la hipertensión, cuando en realidad a todos absolutamente a todos nos han enseñados que los pedos aparte de no servir para nada, es un acto de los más asquerosos y más aún si la persona se los tira en una mesa rodeada de comensales, de esos que se los dan de educaditos.
Aunque a pesar de eso, no falta quien tenga unos aires bien putrefactos y en la mejor oportunidad los lanza y es el primero en decir: Fo, aquí huele feo. Otros, son cazados en el acto y hasta dicen: Más vale perder a un amigo que una tripa, y hasta razón tienen, como van a ver más abajo.
Igualmente, hay quien se hace el cómico y en un carro que no tiene aire acondicionado manda a subir los vidrios para poner a funcionar el mismo y cuando ya todos los cristales están arriba, les arroja a sus acompañantes el gas que más que gas, pareciera la propia ñoña.
Pero dejemos los rodeos y entremos en tema, pues sucede que un reciente estudio demostró que los pedos son beneficiosos para mantener los niveles bajos de la presión sanguínea y prevenir la hipertensión. (Quinto Día, del 1 al 8-05-09 Pág. 3).
El experimento que se hizo con ratones, demostró que el sulfato de hidrógeno, que contienen las flatulencias, cumple la función de regulación sanguínea y mientras más se produzcan, mayor será la estabilidad de la presión arterial. También se dice que una persona, en promedio se lanza 14 flatulencias al día, que equivale a un litro de gas.
Por lo que se deduce que si se quiere tener un corazón sano, hay que tirar bastante pedos, así lo llamen cochino. No le pare, y si están hediondos, mejor.
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En una fiesta de gala
El periodista colgó su libreta, su cámara y grabador, y se decidió a observar el comportamiento de los asistentes a aquella fiesta. En realidad dejó su oficio a un lado y se olvidó de crónicas y reportajes. Total, la vida no podía ser toda entre lead, cuerpo y cola. Era hora de abandonar un poco la presión de cubrir los eventos sociales y ver con detenimiento qué sucedía en aquel festín.
Y así empezaron a llegar los invitados encopetados, tanto damas como caballeros. Muy sobrios todos. Tanto Fulanita como Zutanita. Y las mesas elegantemente vestidas, adornadas con flores, hieleras lujosas y escocés de marca reconocida. Cada quien que iba llegando iba siendo recibido por un grupo de muchachas muy lindas ellas, quienes lo dirigían a la mesa.
El periodista no perdía detalle, en fin no iba a escribir aquello de que en una ceremonia elegante se casó Petra Pérez, la hija del empresario Esconodopio Pérez y la Sra. Eulalia Marcano. No. Ni eso ni siquiera una crónica que fuera narrando cada pormenor, pues en esa concentración de ir pensando cómo empezar y adornar su relato periodístico, iba a perderse el comportamiento de aquellos invitados que ya habían llegado en su totalidad, y quienes hicieron presencia muy formales y muy serios.
Y así iba transcurriendo el bonche, y el periodista seguía con su ojo avizor y con el oído atento. Por eso empezó a observar como el connotado político Juan Marín, se sacó los mocos de la nariz, mientras su compadre, Augusto Pulido, como no sabía manejar la pinza, agarraba el hielo con la misma mano que agarraba el pasa palo y cuando ya había orinado un poco de veces, sin haberse lavado, según, sus manos.
Pero casi al final fue que vino el desorden, toda aquella elegancia de ciertos invitados, con los palos encima, se vino por los suelos y cada quien con la corbata floja, bailaba sin son alguno, derrapados, pero creyendo que se la estaban comiendo. Fue ahí que el periodista viendo todo aquello, se marchó y pensó: Después llaman a los pobres chusma.
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¿Qué se debe comer?
A veces, en verdad, no sabemos qué es malo o qué es bueno a la hora de consumir alimentos, pues unos afirman que las carnes rojas son necesarias para el organismo y otros señalan que no, porque lo mejor son los vegetales y las carnes blancas.
Pero peor aún, si usted se adentra en qué cosa combina a la hora de un menú y cuáles no. Se dice -por ejemplo- que la yuca no puede estar acompañada con caraotas, porque aquella tiene carbohidratos y la otra tiene hierro, y hay quienes digan lo contrario. Y más todavía: no hace mucho escuché a un médico en un programa radial, decir que la dieta balanceada es un mito, porque a todos los seres humanos de una u otra forma no le presta tal alimento para su organismo; es decir, hay unos que le asienta bien la carne y los huevos, mientras que a otras personas no les cae muy bien en su cuerpo; e incluso hay gente que ni le gustan esos alimentos. Entonces como los citados comestibles se encuentran en lo que aparentemente tiene que ser una dieta balanceada, las nombradas personas jamás podrán tener una alimentación balanceada.
Otras veces sucede, que hoy dicen que el Aguacate -por ejemplo- es muy bueno para el organismo, y la tardanza es que lo digan para que vengan los aguafiestas y señalen que como es una fruta grasosa no es recomendable comerla en grandes cantidades.
Total que si la gente se pone a pararle a las miles de cosas que dicen tanto a favor como en contra de ciertos alimentos, va a llegar el día que gracias a ello y a la inflación, no va a comer. Aunque el amigo Pedro Cachamay es de la idea de que como siempre él se va a morir y no tiene el lujo de estar escogiendo, él se jarta cada vez que encuentra la oportunidad, sin importarle que sea el pesado plato de frijol con pellejos y paticas de puerco.
Y de verdad que nuestro amigo, no deja de tener razón.
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MINIBIOGRAFÍA
Emigdio Malaver G.
Hijo de la Tacarigua de Margarita. Es Economista (Universidad de Los Andes). Lic. en Comunicación Social (Universidad Católica Cecilio Acosta). Post grado en Derecho Tributario (Universidad Santa María).
Trabajó en Sidor, en El Seniat y director de Mundial Margarita. Actualmente es jubilado del Seniat.
Ha colaborado con periódicos y revistas regionales y nacionales. En la actualidad sigue su producción periodística en varias publicaciones digitales.
Por su labor periodística tanto en prensa escrita como en radio, ha obtenido premios municipales y regionales de periodismo. Taqmbié fue merecedor del premio nacional de periodismo Aníbal Nazoa.
Tiene dos libros publicados: El día que Víctor Davalillo firmó con Los Sapos de Tacarigua (Imprenta del Estado (1996), Crónicas: Venezuela en su salsa (Editado en el año 2014 por una editorial alemana) y Epónimos y árboles emblemáticos de los municipios del estado Nueva Esparta (Formato digitalizado por la Fundación Identidad- Año 2020).
Igualmente tiene dos folletos en formato digital: La maldición de la mata de mango (2019) y La perra Cegueta y sus denuncias (2020).
Ha sido fundador de periódicos culturales e institucionales.
FINAL DE DIGITALIZACIÓN
Este libro se terminó de digitalizar en mayo del 2025 en Tacarigua, estado Nueva Esparta.
Los textos los pueden publicar en cualquier medio radial, televisivo, impreso y digital, siempre y cuando le den al crédito al autor, que de paso se lo agradece de antemano.