Maduro, en nombre de la revolución arruinó la revolución de Chávez; desde entonces, comunistas, socialistas y Psuvistas quedaron presos en el burocratismo y estancamiento revolucionario.
Ante este estancamiento que repercutió en la ruina social de los venezolanos; algunas corrientes, principalmente el chavismo auténtico, han propuesto hacer una revolución en la revolución que permita superar la paralización revolucionario que vive Venezuela en este período.
Sin embargo, su propuesta de reorganizar el chavismo auténtico y configurar la Junta Patriótica de Salvación, aunque es un buen comienzo, todavía no logra salirse de los moldes y plataformas burocráticas propias de la inmovilización revolucionario que domina la política transformadora venezolana en la actualidad.
La victoria de un cambio en la revolución en la revolución, es la construcción de un verdadero poder social que conmueva el estado actual de estancamiento revolucionario que afecta la vida política venezolana.
Cuando sea posible convertir en organización chavista auténtica a los pobladores de los cerros, las comunidades periféricas, el indigenismo, los mineros independientes, los madereros, los campesinos beneficiados con las reformas agrarias de Chávez, los jornaleros independientes y cooperativistas, todo este movimiento unido a la Federación de Trabajaores de la Industria constituyen el verdadero poder, de allí, junto a los intelectuales chavistas auténticos saldría una verdadera y poderosa Junta Patriótica de Salvación.
Cuando desfile el próximo primero de mayo la Unión Chavista de Trabajadores del Campo UCTC, la unión chavista de pobladores de los cerros y comunidades periféricas UCPC y la Gran Federación Chavista de Trabajadores de la Industria Venezolana GFCTIV…
Entonces, la tierra va a temblar. Ese será el renacimiento de Chávez.
Allí está el cambio en la revolución en la revolución.