Los medios de comunicación internacionales no le dieron la importancia que tuvo la elección del pasado domingo 25 de mayo y los que lo hicieron destacaron que "no habían personas en cola para ejercer el derecho al voto y que los centros lucian solos", lo que reflejaba el descontento con el "régimen de Nicolás Maduro". Esto no nos sorprende, es cierto, pero luego de años de ataque a Venezuela como país, después de tanto daño que han hecho el gobierno de los Estados Unidos, la Unión Europea y las oligarquías latinoamericana, no me canso de decir que nuestra sociedad es "sui géneri", que no hay otra como la venezolana, que de una tragedia hacemos un chiste y de un chiste hacemos una tragedia.
Insisto no estoy descubriendo el agua tibia, no estoy reinventando la rueda, pero lo que si estoy destacando es que la violencia que incentivan Maria Machado, Julio Borges, Edmundo González y todos aquellos que perdieron privilegios económicos, sociales y políticos tras la llegada del chavismo, no parará, no cesará hasta que se hagan del poder. Aun cuando las redes sociales no tienen el impacto que tuvieron antes y durante los comicios del 28 de julio del año pasado, no hay que subestimarlas, como tampoco hay que subestimar el triunfo de Capriles Radonsky, Henry Falcón, Stanley González, entre otros, quienes a mí juicio pertenecen al ala más reaccionaria, apátrida y violenta de los oligopolios venezolanos.
La llegada de esos personajes al hemiciclo nacional connota la obstaculización del trabajo parlamentario, su presencia en la Asamblea Nacional, lejos de ser garantía de agilización de leyes que mejoren la calidad de vida de los venezolanos, serán la piedra de tranca para todo lo que intente el gobierno nacional en beneficio del poder popular. Entiendo que debe haber un equilibrio para efecto de salvaguardar los intereses de las grandes mayorías en lo que tiene que ver con la legislatura, pero está comprobado que la oposición nacional no sabe perder, no sabe jugar limpio y espera llegar a Miraflores, al Capitolio, a Pdvsa o a cualquier otra instancia de poder a la fuerza.
Hay que entender que ese es el trabajo de la oposición, ellos no quieren asumir el poder por asumirlo, quieren el dinero que les genera oponerse al gobierno bolivariano, quieren los privilegios que ofrece ser "lava perro" de Trump, Rubio, Miley y toda la carterva de dirigentes enemigos de la revolución. Esto lo digo por la propuesta del presidente Maduro de entregar el proyecto de Ley de reforma constitucional, asi como otras normativas luego que la nueva Asamblea Nacional se instale el 5 de enero del 2026, ahí veremos cómo estos asambleístas "escuálidos" torpedearán y minaran el camino para que el poder popular, pueblo se haga partícipe y protagonista del gobierno comunal.
