El genocidio en Gaza por parte de Israel, que deja ya una cifra de más de 53 000 palestinos y palestinas muertos y que no llega a reflejar el enorme drama que supone cada muerte, ha vuelto a colarse por segundo año en el festival de Eurovisión, celebrado este sábado en la ciudad suiza de Basilea.
Horas antes del certamen, multitudinarias protestas han recorrido Basilea y otras ciudades europeas contra la participación de Israel, bajo el lema "United for Palestine". En varios momentos, la Policía suiza ha cargado contra los manifestantes, usando incluso gas.
Tras la amenaza de sanción por parte de la Unión Europea de Radiodifusión si volvía a citar durante su retransmisión las consecuencias de la ofensiva israelí en Gaza, RTVE ha respondido publicando un mensaje de apoyo a Palestina poco antes de la gala: "Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y justicia para Palestina".
Noruega y Países Bajos han mostrado mensajes similares, y la Televisión belga ha cortado la emisión durante la actuación de Israel, mientras exhibía un mensaje denunciando el veto a la prensa por parte Gobierno israelí, acompañado de hastags pidiendo el cese del fuego y del genocidio.
Pese a las protestas, la representante de Israel, la cantante Yuval Raphael, superviviente de los atentados del 7 de octubre de 2023, ha subido al escenario, entre banderas palestinas que parte del público ha mostrado con sus móviles y abucheos, pero muy lejos del volumen de las protestas que asediaron a su antecesora el año pasado.
La representante de Israel ha llegado a la final, recibiendo, entre otros, los 12 puntos del televoto de España, aunque finalmente ha sido Austria quien ha conseguido el micrófono de cristal, con su canción "Wasted love".
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