"Quien no vota, no tiene derecho a reclamar" (frase popular)
Desde hace muchísimo tiempo que en el campo de la politología y en concreto sobre el comportamiento electoral, se han estado dando unos interesantes debates sobre los sentidos y significados de la abstención electoral, conocida como la acción de uno acudir a los centros de votación, el día en que el poder electoral de un país determinado, convocó a las electoras y electores que están debidamente inscritas previas a esa fecha, para ejercer su derecho o deber al ejercicio del sufragio.
Entre los aspectos medulares del debate sobre lo que significa el abstencionismo, hay estudiosos de la materia electoral que consideran al voto, como el más legítimo y congruente acto de participación política, y a su vez señalan que el abstencionismo es absolutamente todo lo contrario a la participación ciudadana, en donde decisión de no ir a votar, se convierte en una acción ilegal en los sistemas electorales que tienen establecidos en su ordenamiento jurídico interno al sufragio, con carácter de obligatoriedad.
Por otro lado, nos encontramos en ese debate, con las personas que mantienen una posición contraria, al considerar que el abstencionismo es una forma de participación en los sistemas electorales en donde el voto es un derecho, y eso significa que las electoras y electores que por alguna razón deciden no ir a votar, simplemente están ejerciendo su "derecho a no hacerlo", con la particularidad de que es casi imposible saber los motivos que tuvo una persona para no ir a votar.
Podríamos identificar al abstencionismo activo, entre los que deciden no ir a votar, son un grupo de electoras y electoras que no acuden a los centros de votación porque "no les da la gana", o no les gustas ninguna de las candidaturas que están compitiendo, o están en el exterior y se les hace difícil votar, o es una forma de protestar en contra del sistema electoral.
Tenemos el caso de lo que podríamos llamar como "el abstencionismo pasivo", son aquellos grupos de electoras y electores que querían ir a votar, pero por alguna razón de fuerza mayor no pudieron ejercer su derecho al sufragio.
Por esas razones, es irresponsable que una persona se sienta "dueña" de la abstención.
