Cuando el padrino es el violento: pobre Ecuador

Claros en que El Salvador redujo sus niveles de violencia de calle mediante la aplicación de otro tipo de criminalidad, como fue la creación de un sistema carcelario violador de los derechos humanos, el estado de la situación primera es transferido a Ecuador.

Es decir, el país suramericano hoy es el más violento del continente, lo que antes fue El Salvador respecto del mundo. Que El Salvador ahora sea un tigre en materia de derecho humanos con su necesidad de fabricar presos para su industria carcelaria, creando hasta falsos positivos e importando reclusos de otros países para mantener niveles de producción, es otro tipo de delito a no comentar acá.

El tema es que el crimen, la violencia de calle y pandillera migraron a la tierra de Manuelita Sáenz como los visos característicos de un nuevo reinado. En el primer trimestre del presente año hubo un asesinato por hora, o sea, 2.361, un incremento de 64% respecto de 2024 y 39% en relación con 2023. La cifra evidencia una criminalidad in crescendo, en verdad aterradora, evadida por la fantasía gubernamental al proclamar que fue debido a la “época electoral”; e interpretada también por los más estúpidos, in extremis, capaces de atribuírsela a los migrantes venezolanos.

Cuando se ha militarizado el país y se han emitido nueve decretos de estados de excepción, no se puede esconder la realidad con bejucos de ayahuascas. Las cifras de marras son las más altas en la historia ecuatoriana y el crecimiento del narcotráfico parece imparable. Como hecho sospechoso, en nada corolario, sucede que los Estados Unidos desde 2021 tomaron las riendas en la política de seguridad de Ecuador, después de firmar el memorándum de entendimiento Sistema Cooperativo de Integración de Información Situacional (CSII), Comando Sur gringo, por un lado, y Fuerzas Armadas Ecuatorianas, por el otro.

Estados Unidos también ha estado “ayudando” a Colombia, Chile, Panamá y México, además de El Salvador mismo, líderes en violencia. Si al leer concluye lo mismo que Nemesio García, no sería nada casual: "tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos".

Venezuela ha tiempo se quitó el influjo gringo y en materia de seguridad, no obstante la satanización mediática, en 2024 presentó una tasa de homicidios de 4 por cada 100 mil habitantes, similar a la de países europeos (está invitado a investigar).

 


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Oscar J. Camero

Escritor e investigador. Estudió Literatura en la UCV. Activista de izquierda. Apasionado por la filosofía, fotografía, viajes, ciudad, salud, música llanera y la investigación documental. Animal Político https://zoopolitico.blogspot.com/ https://www.tiktok.com/@comentario_politico?_t=ZM-8tvLQcVBhNX&_r=1

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