Una exageración pedagógica
Carta abierta a las siete millones trescientas y pico mil personas, ciudadanas y ciudadanos venezolanos, que el 28 de julio de 2024 hicimos lo que hicimos…y a quien pueda interesar
Respetado conjunto.
1.- Quiero empezar por plantear justamente eso. Por muy diverso que sea a su interior, por diametralmente opuestas que puedan ser las diferencias, en muchísimos aspectos, entre algunos de los sectores que lo conformamos, los y las que el 28 de julio de 2024 hicimos lo que hicimos, formamos un conjunto. El conjunto de las personas que encontraron en la candidatura de Edmundo González Urrutia, a quien mayoritariamente desconocíamos, la posibilidad eficaz de votar contra Nicolás Maduro, a quien sí conocíamos. Lo cual ocurrió. El arrebatón fue después, pero lo que pasó, pasó. Delante de los militares del Plan República, que bastante que leyeron, en voz alta, a la ciudadanía presente en los centros de votación, los resultados en las mesas electorales. Delante de militantes del PSUV, testigos de mesa, que callan, pero no ignoran, y viven con eso. Delante de todos en todas partes. Por eso nadie nos puede quitar lo bailado. El conjunto del pueblo venezolano que el 28 de julio de 2024 encontró la manera de decir que no queremos más esta pesadilla en la que ya nadie, nadie, ni para remedio, se acuerda de los 23.500 millones de dólares de Tareck El Aissami, querámoslo o no, pasamos a formar un conjunto.
2.- No habían pasado diez minutos de la proclamación que hizo Elvis Amoroso, presidente del cojitranco CNE (tras la cuasi fuga del Rector Juan Carlos Delpino) de Nicolás Maduro, como presidente Reelecto de la República, el lunes 29 de julio de 2024, pasada la 1 pm, cuando yo escuché por primera vez, en mi propia casa, las palabras “no vuelvo a votar”. La abstención que, en un primer momento me propongo enfrentar, con todo el respeto del mundo, es esa. La de mi casa. La abstención electoral que se concibe, que se asume, como respuesta al arrebatón, y cuyo discurso es: me robaste una vez, pero ya no me robas más.
La historia vivida es tan amarga que se produce una fuerte propensión a olvidar. Pero eso de que “me robaste una vez…” no se ajusta a la verdad. Si nos fijamos en la última década, a vuelo rasante, la experiencia no puede ser más desoladora. En 2015, el Gobierno de Maduro y el PSUV se quitaron de encima la mayoría calificada de dos tercios que había ganado contundentemente la MUD, con la vulgar maniobra de invalidación de las elecciones y sus resultados en el estado Amazonas. De acuerdo a la propia sentencia inicial de la Sala Electoral del TSJ, más allá de lo arbitraria e ilegal que fue, se imponía una repetición de elecciones parlamentarias en dicho estado, pero éstas jamás se convocaron, pues el gobierno corría el riesgo de perder la única diputación que ganó de las cuatro que estaban en disputa. Para invalidar la mayoría calificada de la oposición, el estado Amazonas se quedó sin representación parlamentaria entre 2015 y 2020.
En el 2016, a pesar de que la entonces presidenta del CNE, Tibisay Lucena (QPD), había anunciado oficialmente que la oposición había culminado exitosamente la primera fase para la convocatoria a un Referendo Revocatorio Presidencial, y a pesar de que la entonces Rectora Socorro Hernández, había anunciado la convocatoria oficial para la segunda fase, la recolección del 20% de la voluntad ciudadana, con unos tribunalillos express, que no tenían ni jurisdicción, ni arte ni parte, pero sí la complacencia del CNE, el gobierno de Maduro/PSUV cercenó el derecho constitucional a Referendo Revocatorio, que sigue siendo una condición sine qua non de la democracia participativa y protagónica.
En el 2017 hubo dos procesos electorales: uno anticonstitucional, que fue la elección de una Asamblea Nacional Constituyente no autorizada por el pueblo venezolano en Referendo realizado para tal fin, que gozó de una abstención aplastante, pues la oposición no iba a legitimar la trampa del gobierno, y el chavismo no iba a votar por salir de la Constitución Bolivariana, que era lo que estaba implicado en una Asamblea Nacional Constituyente. Cuando el CNE dio los primeros números de participación en la presunta Asamblea Nacional Constituyente, Smartmatic, la empresa poseedora del software del Sistema Automatizado del CNE, denunció una manipulación en las cifras de participación de por lo menos un millón de votantes. El CNE dejó de dar información, y jamás se conocieron los resultados definitivos. De esa marramucia salió una pseudo-constitución, llamada Ley Constitucional Antibloqueo, jamás consultada en Referendo, con la que el gobierno de Maduro ha adelantado la entrega del país al mejor postor. [1]
En octubre de ese mismo año 2017, se llevaron a cabo las elecciones Regionales. En el estado Bolívar competían Andrés Velásquez, por la oposición y el Gral.(r) Justo Noguera Pietri por el Gobierno de Maduro/PSUV. Andrés Velásquez tiene en su poder la totalidad de las actas, de la totalidad de las mesas electorales, de la totalidad de los centros de votación del estado Bolívar, que lo dan ganador por alrededor de quinientos votos. Los mil y pico de votos con los que el gobierno de Maduro/PSUV se adjudicó la gobernación, no entraron por el Sistema Automatizado del CNE. Metieron a la fuerza unas actas que no fueron emitidas por las máquinas de votación. El inviolable sistema electoral que se le compró a Smartmatic, ya no era tan blindado.
En el 2018, ganó la abstención y todo se puso peor. No tuvieron que robarse nada. Todo les salió facilito. Quede para la historia la consigna central de la campaña electoral de Henry Falcón: Si votamos ganamos. Pero la mayoría no votó, yo sí lo hice, y perdimos.
Para las parlamentarias del 2020 siguió la epidemia de abstención y el Gobierno de Maduro/PSUV agarró la Asamblea Nacional para darse colita. En el 2021, con ocasión de las Elecciones Regionales, se dieron los primeros síntomas, en el seno de la oposición no parlamentaria, de regreso al principio de realidad, y recuperación de la ruta electoral. Esto se hizo con particular torpeza en el caso de Lara, donde Luis Florido se postuló a gobernador, para restarle a Henry Falcón los 40.000 votos con los que, el oficialista Adolfo Pereira, se embolsilló la gobernación. Lo mismo pasó en más de diez estados. Sin embargo, ya en 2021, gracias a la multitudinaria participación en esas elecciones, la sumatoria de los votos anti Maduro/PSUV fue ampliamente superior a la sumatoria de los votos pro Maduro/PSUV.
Pretender que llegamos inocentes al 28 de julio de 2024 no es honesto con nosotras y nosotros mismos. El argumento ese de “me robaste una vez, pero ya no me robas más” desconoce la historia, o la olvida tenazmente. En los últimos lustros no hemos votado porque estuviesen cumplidas las mínimas condiciones de un proceso electoral que se respete. Se nos impusieron, en favor del oficialismo, las fechas de los diferentes procesos electorales en tantas oportunidades, que ni nos acordamos. La composición misma del CNE era un constante llamado a la abstención. Era una deliberada advertencia de parcialidad por el gobierno de Maduro/PSUV. Para dialogar, con el mayor afecto y respeto, con los compañeros del PCV y otras organizaciones de izquierda, en su llamado a la abstención para este 25 de mayo, cabe recordar que en todos estos años hemos votado sin garantía alguna.
Desde hace diez años, siempre hemos votado, cuando hemos votado, (en la Constituyente chimba del 2017 nos abstuvimos, por supuesto) porque creemos que es la actuación ciudadana que más puede permitirnos avanzar hacia la salida de esta pesadilla de corrupción y autoritarismo, en las diferentes y determinadas coyunturas que se nos han ido presentando. El 28 de julio de 2024 hicimos eso y lo logramos. Fue por haberlo logrado que no les quedó otro remedio que arrebatárnoslo, para eso están los Sukoy, dirán ellos. Jamás se le dio al sistema electoral automatizado la orden de totalizar, y esta es la hora en que ningún candidato sabe cuántos votos sacó.
La tendencia abstencionista producida por la indignación ante el arrebatón no soporta la pregunta de ¿qué creemos que quiere el gobierno de Maduro/PSUV haciéndonos indignar? ¿Que votemos o que no votemos? Cuando el gobierno de Maduro/PSUV nos robe la capacidad de responder a una maniobra, por vil que esta sea, nos lo habrá robado todo. Nos habrá dejado como el oficialismo desea: de brazos cruzados, esperando…
3.- Muchos podrían pensar que es ocioso hacer deslindes en el ámbito de los que participaremos y llamamos a participar en las elecciones del próximo 25 de mayo. No lo creo. Mirados desde mi sensibilidad política actual, post 28 de julio de 2024 me refiero, hay posiciones y mensajes por la participación en las próximas elecciones que a mí me resultan llamados a la abstención.
Son los que dan la ilusión de vivir en un país, de ser una nación, de ser la República Bolivariana de Venezuela regida por una Ley Fundamental conocida como Constitución Nacional de 1999. Y entonces, como lo manda la Constitución Nacional, este año 2025 tocan elecciones regionales, municipales y parlamentarias, y la nación, como un todo, se apresta a esta convocatoria para elegir gobernaciones, asambleas legislativas regionales y diputados a la Asamblea Nacional, como si las gobernaciones fuesen gobernaciones y no supiéramos nada de “protectorados” en donde gana la oposición, o de cuanta maniobra presupuestaria se le ocurra al gobierno central para bloquear a los gobiernos regionales que no se le someten. Como si las diputaciones fuesen a conformar, en la Asamblea Nacional, la existencia de un Poder Legislativo autónomo e independiente. Son los que parecen estar protegidos institucionalmente. Tienen Tribunal Supremo de Justicia, como expresión de un Poder Judicial independiente y autónomo. Tienen Consejo Nacional Electoral como Poder Electoral independiente y autónomo. Son quienes plantean el asunto como una competencia de “capacidades gerenciales”, ya que los gobiernos regionales son los más susceptibles de control ciudadano etc. etc.
Mucho respeto por su condición humana, como es lo debido, a todas las personas y fuerzas políticas que transmiten en esa onda; pero yo no vivo en la realidad que ellos dan a suponer. Yo vivo en una hacienda de un millón de kilómetros cuadrados, sin una ley diferente a la conveniencia del gobierno de Maduro/PSUV. Las elecciones regionales y parlamentarias son el 25 de mayo porque eso es lo que le conviene al gobierno de Maduro/PSUV. Por eso, mientras unos tienen el 25 de mayo todo un proceso electoral regional y parlamentario, yo, lo que creo tener es una moribunda rendija para gritar ¡Tú NO, gobierno de Maduro/PSUV! Y lo haré, Dios mediante, utilizando para ello la experiencia aprendida el 28/07/24: no me importa quien quede, con tal de que no quedes tú, gobierno de Maduro/PSUV. El objetivo del 25 de mayo es ratificar la proporción 70% a 30% del 28/07/2024. Perdonen que lo diga así, no pretendo desmerecer a nadie, pero el 25 de mayo de 2025, los gobernadores y diputados electos serán efectos complementarios de un propósito superior: ratificar la voluntad política del pueblo venezolano de rechazo al gobierno de Maduro/PSUV, expresada el 28/07/24. Esa es la manera más eficaz de no pasar la página de esa fecha histórica en la que ocurrió, para decirlo con las palabras que en su momento utilizó Andrés Caleca, “un fraude electoral masivo con características de Golpe de Estado”, o por lo menos, no hacerlo en los términos que pretende que lo hagamos el gobierno de Maduro/PSUV. Como dice el músico y compositor Vladimir León Mármol en una canción de su autoría, “La felicidad no es a las malas…”
Tengo una fe inconmovible en que pronto dejaremos de ser una hacienda corruptamente administrada, que volveremos a ser un país, una nación, que volveremos a ser la República Bolivariana de Venezuela, que será posible de nuevo votar y elegir libremente y, ¡qué ganas tengo de eso!, que será posible votar por lo que uno considera mejor, y no contra lo que uno percibe como la negación de la posibilidad misma de la vida, presente y futura; pero mientras ese momento llega, me alegra tener la posibilidad de que unas máquinas de votación, en las que el impulso eléctrico que permite la impresión de la papeleta con mi voto, es el mismo que la memoria de la máquina graba y contabiliza, pueda significar, de algún modo, que no me la calo.
Es aquí donde va lo de la exageración pedagógica.
En una reciente intervención en el programa “Primera Página”, transmitido por Globovisión, Felipe Mujica, Secretario General del MAS, advirtió que las que hemos visto hasta ahora, podrían no ser, ni las últimas, ni las peores, maniobras abstencionistas a ser lanzadas, desde el gobierno/PSUV, a través del CNE que controla férreamente, como lo controlaba el 28/07/24, en orden a sabotear al máximo la participación del electorado el próximo 25 de mayo.
Imaginemos por un momento que, preocupado por una creciente tendencia a votar por parte de la población, ante la mísera expectativa de quedarnos esperando a que vengan a “salvarnos”, el gobierno de Maduro/PSUV le ordena al CNE que anule todas las candidaturas salvo las de Javier Bertucci y su partido El Cambio.
Desde el 2018, cuando Nicolás Maduro exhibió a Javier Bertucci como su contendor, lo tengo a él, y a su partido El Cambio, como la candidatura “sparring”.
En el boxeo, cuando “la estrella” entrena, necesita un “sparring” que le aguante los golpes sin que éste se los devuelva demasiado contundentemente. El sparring es el que se necesita para que haya una pelea, y para que esté garantizado quién pierde. Por encima de del respeto por su condición humana, que estoy obligado a guardar, su actuación política me resulta nauseabunda.
Si el 25 de mayo de 2025, en el tarjetón sólo están los candidatos de Maduro y los candidatos de Bertucci, a pesar de que yo tengo por cierto que Bertucci está a las órdenes de Maduro, yo no vacilaría en ir a votar por Bertucci para decirle al gobierno de Maduro/PSUV, en las máquinas de votación, tú NO! Las maquinas de votación no son, en sí mismas, unas elecciones serias. Pero hasta que no nos las quiten, que lo deben andar pensando, son nuestra forma de lucha.
¿Que nos pueden “trabajar” como lo hicieron el 28/07/24? A quien se haga esta pregunta le hago la reflexión de que, para hacérsela, tuvo que imaginarse la posibilidad de que todo el mundo saliera a votar, y el fenómeno del 28/07/24 se repitiera, ¿no es cierto? No sé si es más fácil o más difícil arrebatar un cargo que 24, o 277. Lo que sí sé es que no hay nada más demoledor, contra el gobierno de Maduro/PSUV, que pueda ser realizado, en este momento, por el pueblo venezolano, que volver a poner al Rector Presidente del CNE, Elvis Amoroso, a leer en servilletas resultados parciales, porque no le puede dar a la tecla de totalizar. Ellos saben que están arriesgándose a que, de tanto ir a la fuente del fraude, el cántaro del Plan República venga y se rompa. O el del mismo CNE. ¿No será que la barajita del arrebatón tiene un límite hasta para quien la lleva a cabo?
4.- Hay otra abstención contra la que es necesario pronunciarse, independientemente que pierda, como en el 2005, o que gane, como en el 2018. Es la misma abstención, y es la que se asume como alfombra para esperar que otros, no importa si es violentamente, resuelvan. Esa es la abstención que no quiere elecciones ni ganando, porque elecciones significa fortalecimiento de la Constitución Nacional de 1999, que es lo que esa abstención pretende demoler a toda costa. Esa abstención, que se concibe como antesala de la violencia que castigará y cauterizará, a sangre y fuego, la rebelión del pueblo venezolano que significó haber votado por Hugo Chávez el 6 de diciembre de 1998, tuvo la inteligencia de surfear la ola de indignación contra el fraude electoral del 28/07/24, que naturalmente se suscitó. Sin embargo, se fue de bruces cuando se atrevió a decir que esa abstención, en las elecciones del 25 de mayo, definía quién era opositor al gobierno de Maduro/PSUV, y quién no. Esa abstención, que quiere meter a Venezuela en el eje Washington-Tel-Aviv-Buenos Aires-San Salvador, y que tanto ha trabajado para atornillar al gobierno de Maduro/PSUV en el poder, con fulgurantes acciones como “el Macutazo”, no tiene la menor autoridad para determinar quién está, o no está, luchando contra el gobierno de Maduro/PSUV. Esa abstención concreta, está llamando a que el 25 de mayo nos quedemos en la casa, que es lo que el gobierno de Maduro/PSUV quiere que hagamos.
5.- El 25 de mayo de 2025 se abren, para mí, dos escenarios:
Alta abstención electoral.
El gobierno de Maduro/PSUV y la oposición no abstencionista garantizarían una participación moderada en las elecciones, lo que, para unas regionales y parlamentarias, vale decir, no presidenciales, podría no lucir tan mal. El gobierno de Maduro no gana el Zulia, pero sí Carabobo, a pesar del fortísimo rechazo a la fiesta interminable de Lacava, con los hospitales del estado en el suelo. La abstención da para eso. 60-40, pero al revés, a favor del gobierno de Maduro/PSUV, quien se llevaría quince gobernaciones y casi dos tercios de la Asamblea Nacional, “consolidando la normalidad y la paz”.
Acto seguido, sobre la base de la desmoralización generalizada, el CNE convocaría, en plazo perentorio, las elecciones de alcaldes y concejales, metiéndole de relleno el Referendo Consultivo de la reforma de la CRBV, para salir de eso de una vez, y no tener elecciones nunca más.
Alta participación electoral.
La oposición, no importa quién, gana en 23 estados. Y se lleva ¾ partes de la Asamblea Nacional. Eso es lo que dicen, y para lo que dan, los números del 28/07/24. El gobierno de Maduro/PSUV necesita borrar los resultados, pero no puede. Pretende el arrebatón una vez más, pero se le tranca el serrucho porque ya no consigue quien le convalide la trampa en los diferentes estados, o porque caiga en cuenta de que ni siquiera el pueblo pesuvista
quiera seguir viviendo en una trampa. Los electores, en los centros de votación, vuelven a percibir el olor de la verdad, y no faltan militares del Plan República leyendo de nuevo a la ciudadanía, en voz alta, los resultados de las diferentes mesas, como pasó el 28/07/24.
Las elecciones de alcaldes y concejales se suspenden hasta nuevo aviso y la consulta en Referendo sobre la presunta Reforma Constitucional, también.
Posdata
La ciudadanía que el próximo 25 de mayo salga a votar, sigue diciendo que no le entregará el país a la desesperanza, al horror del abandono y la desidia.
La ciudadanía que el próximo 25 de mayo se abstenga de votar, ¿no será, más allá de sus intenciones, cómplice de toda la violencia que anida en su aparente silencio?
Caracas 10 de mayo, 2025
[1] Esta Ley, constituye de hecho una derogación de la Constitución Nacional de 1999, ya que establece que: “DISPOSICIONES TRANSITORIAS Primera. Las disposiciones de esta Ley Constitucional serán de aplicación preferente frente a las normas de rango legal y sublegal, incluido respecto de leyes orgánicas y especiales que regulen la materia, aun ante el régimen derivado del Decreto mediante el cual se acuerda el Estado de Excepción y de Emergencia Económica en todo el territorio Nacional, dadas las circunstancias extraordinarias en el ámbito social, económico y político, que afectan el Orden Constitucional, la paz social, la seguridad de la Nación, las instituciones públicas y a las ciudadanas y los ciudadanos habitantes de la República…”